martes, 17 de mayo de 2011

The Little Endless Storybook & Delirium's Party


Los Little Endless surgieron dentro del comic The Sandman, en el número 40 de la serie publicada por DC Comics/Vertigo (incluido en el sexto trade, Fables and Reflections). En dicho capítulo, titulado The Parliament of Rooks, Cain, Abel y Eva cuentan historias de secretos y misterios al pequeño Daniel y al cuervo Matthew. El relato de Abel gira en torno a acontecimientos ocurridos antes de que el mundo existiera y muestra a los involucrados, entre ellos Death y Dream, con forma de niños. Estas encantadoras interpretaciones de los personajes resultaron ser tan populares que, años después, la artista a cargo de ilustrar dicho capítulo lanzó un libro ilustrado contando una historia sobre los siete hermanos en sus versiones infantiles.


The Little Endless Storybook no forma parte de la continuidad oficial de Sandman, pero nos cuenta una tierna historia protagonizada más que nada por Barnabas, el perro de Destruction que pasó a convertirse en el guardián de Delirium. Cuando éste se ausenta por un momento para aliviar su vejiga pierde de vista a su protegida y decide visitar a cada uno de sus hermanos y hermanas (y su hermano/hermana Desire) en busca de la niña desaparecida. A la manera de otros álbumes infantiles como Where the Wild Things Are de Maurice Sendak, este cuentito recurre a pocas palabras y a bellísimas imágenes para cautivar al lector. Y miren que hacer que incluso Despair se vea cute es todo un logro.


En este mes de mayo, Jill Thompson sacó una especie de secuela al anterior libro titulado Delirium's Party: A Little Endless Storybook. Teniendo esta vez como protagonistas a la titular Delirium y a su fiel acompañante Barnabas, la historia inicia cuando la personificación del delirio cae en cuenta que nunca ha visto a su hermana Despair sonreír (¿por qué será?) y decide hacerle una fiesta a la cual invita al resto de los Endless. Con muchas ocurrencias ingeniosas y momentos conmovedores, lo mejor en este álbum son las ilustraciones, que nos muestran a una Jill Thompson en completo dominio de su oficio y con una mucho mayor creatividad y expresividad a través de sus trazos y colores.


El primer libro lo tenía y lo perdí, pero gracias al lanzamiento del segundo se reeditó y pude recuperarlo. Además de las bonitas historias y los maravillosos dibujos, ambos libros cuentan con "extras" que incluyen el origen del concepto, los diseños, fotografías de los muñecos de peluche y estatuillas inspiradas en los personajes y un paso-a-paso en el proceso que utiliza Thompson al pintar con acuarelas. Por donde quiera que uno lo vea, estos libros son una gran inversión.

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