miércoles, 31 de agosto de 2011

Green Lantern y GL Corps (parte 3): Sinestro Corps War


Lo siguiente en la continuidad de Green Lantern es el primer gran evento que gira en torno a la mitología del personaje: la Sinestro Corps War. Hablemos un poco de Sinestro. Llegó a ser el más grande de los Linternas Verdes, pero su empeño lo llevó al extremo de someter a su planeta natal Korugar a una dictadura extrema. Esto lo volvió un villano a los ojos de todos, le hizo perder su status como Linterna Verde y merecer el exilio en el universo de anti-materia. Recurrentemente volvió como enemigo de Hal Jordan hasta convertirse en su némesis, con planes cada vez más siniestros y maquiavélicos.


En la historia reseñada el día de hoy, Sinestro crea su propio cuerpo de guerreros para contraponerse a las Green Lantern Corps, reclutando a seres capaces de infundir gran temor en cada sector del universo y dándoles anillos de poder sin la limitación que tienen los policías interestelares de no poder usar sus armas para matar. Entonces este ejército pone a los héroes en situaciones bastante difíciles, revelando que ciertas desgracias que habían acaecido sobre algunos de ellos eran obra suya e iniciando las hostilidades abiertas con un ataque frontal al planeta Oa. Los Green Lanterns se reponen como pueden y cambian el lugar de la batalla a distintas locaciones por varios sectores espaciales hasta terminar en la Tierra (como de costumbre). Para hacer las cosas más difíciles aún, los malos incluyen entre sus filas al Superman Cyborg con todo un ejército de Manhunters (introducidos en volúmenes previos), a Superboy-Prime (villano principal de Infinite Crisis), a un nuevo Warworld y al mismísimo Anti-Monitor regresado de la muerte (y salido de las páginas de Crisis on Infinite Earths).


Geoff Johns, apoyado por otros escritores y varios artistas, nos presenta una historia muy disfrutable, con buenos giros y reveses, bajas por todas partes, mucha acción y cambios interesantes: para no perder la guerra, los Guardianes deciden reescribir el Libro de Oa y agregar diez nuevas leyes, siendo la primera de ellas el que los anillos de poder puedan usarse letalmente en contra de los miembros de las Sinestro Corps. Con una ligera reflexión sobre la responsabilidad de todos aquellos que se encargan de proteger al prójimo y más sobre el tema del miedo en nuestro mundo actual, Johns profundiza en los temas que ha venido revisando desde que empezó su temporada en el título. Aunque no me gusta la postura pro-guerra que presenta, debo admitir que me gustó mucho la historia. Y se siguen sembrando semillas para eventos venideros que tendrán mayor repercusión en el universo DC.

Loco y estúpido amor

(Glenn Ficarra & John Requa, Estados Unidos, 2011)

Amor, deseo y seducción: esos son los tres pilares en torno a los cuales se construye este filme. Más allá de una simple idealización de los papeles del hombre y la mujer en una relación, esta película explora las distintas formas de acercarse a la búsqueda de afecto y de sexo por parte de ambos géneros. Todo es desatado por una infidelidad en un matrimonio de casi veinticinco años, la cual desencadena una serie de sucesos que se van enredando de manera orgánica y natural.


Al estar separado de su esposa, Cal Weaver (Steve Carrell) comienza a frecuentar un bar que funge como el terreno de cacería para el casanova profesional Jacob Palmer (Ryan Gosling), el cual se compadece del dolido poco-hombre y decide ayudarle a recuperar su hombría. La esposa Emily (Julianne Moore) contempla iniciar una relación con el amante, pero no se ve muy convencida. El hijo de trece años también vive un romance, de esos idealistas que tal vez sólo puedan tenerse a esa edad. Conforme avanza la historia, Cal logra tener sexo con más de una mujer y Jacob conoce a la horma de su zapato y se da cuenta de que también quiere ser valorado por algo más que su atractivo físico.


Hay amor en todas sus formas: desde el tierno incipiente romance entre dos jóvenes que comienzan una relación enamorándose con todo, pasando por la infatuación obsesiva de un chavito y el amor platónico no correspondido de una chica de diecisiete años hacia un hombre mayor, hasta el amor maduro y consumado entre dos personas que han pasado una vida juntos. Y están los juegos de seducción, las estrategias, las mentiras, las complicaciones, las consecuencias.


En general, es una cinta bastante buena, cumplidora. Una comedia romántica que en verdad tiene romance y también es cómica: en cierta parte cerca del final me hizo soltar una que otra carcajada. El guión está bien trabajado, entrelaza las historias de maneras inesperadas que no se sienten forzadas. Sólo tengo dos quejas. La primera es una cierta postura superficial que parece indicar que la gente bonita sólo puede juntarse con otra gente bonita, haciendo un comentario nada grato sobre el valor de la gente respecto a sus atributos físicos. O al menos a mí me pareció así. La otra cosa que me molestó fue el final, tan desbordantemente cursi y complaciente que me hizo enojar, pensando algo así como "eso no pasa en la vida real." Quizás es sólo mi renuencia personal a creer en las "medias naranjas" y conceptos similares, pero me pasa igual con casi todas las comedias románticas. Pero es bastante recomendable.

Something blue...


Con motivo de la próxima boda de mis queridos amigos Ana Paula y Miguel, la Neurobunch decidió dedicar el maratón del mes que termina a películas que giran en torno a uniones matrimoniales. O algo parecido. Podrían imaginarse que vimos pura comedia romántica pésima (sólo vimos una), pero es un hecho que hay bastante buenas películas del tema. Entre las que a la mera hora no entraron a la programación pero valen la pena está El hijo de la novia (Juan José Campanella, Argentina, 2001). También nos quedamos con las ganas de ver la versión original de El padre de la novia (Father of the bride, Vincente Minelli, Estados Unidos, 1950) y Matrimonio por conveniencia (Green card, Peter Weir, Estados Unidos-Francia-Australia, 1990).


Dimos por comenzada la noche viendo Conversando con la otra (Conversation(s) with other women, Hans Canosa, Estados Unidos, 2005), quizás la mejor película de toda la noche. Para empezar, tiene su lado experimental pues durante todo el metraje se recurre a la split-screen de una manera bastante inteligente: por lo general un lado de la pantalla la muestra a ella y el otro a él, aún si están juntos, creando una sensación de soledad y aislamiento además de reforzar las perspectivas que pueden ser prácticamente idénticas o radicalmente distintas; en otros momentos se usa una mitad de la pantalla para reflejar lo que alguno de los personajes piensa, imagina o recuerda. La película nos presenta a una dama de honor "de emergencia" invitada de último momento a una boda a la cual no quería ir, en la cual empieza a interactuar con un hombre que aparentemente quiere ligársela... ¿o será que se conocen de antes? Poco a poco la historia nos va revelando los papeles que juega cada uno hasta llegar a un clímax con mucha carga emocional, pasando por profundas reflexiones sobre el amor, el matrimonio, la infidelidad, las posibilidades futuras y las oportunidades desperdiciadas.


La segunda función fue de mi favorita Susanne Bier, Después de la boda (Efter brylluppet, Dinamarca-Suecia, 2006). Como todo en la filmografía de Bier, es todo un dramononón. Un hombre que dirige un orfanato en India que está a punto de quebrar es invitado a su natal Dinamarca para intentar conseguir un donador para apoyar a la institución. Ya estando ahí, el benefactor en potencia decide invitarlo a la boda de su hija el fin de semana, en lo que toma una decisión. Reencuentros amargos, secretos revelados, paternidad inesperada y mucho llanto es lo que les espera en esta cinta que reflexiona sobre el temor a la muerte, la humildad, la prepotencia y la compasión. Buenísima.


Luego continuamos con Viaje sin boda (Sveitabrúðkaup, Valdís Óskarsdóttir, Islandia, 2008) que, debo admitir, la recordaba mejor. Una pareja decide casarse en una iglesia rural en medio de la nada, para lo cual contratan dos camiones de pasajeros: en uno va la novia, en otro el novio y los invitados se reparten entre los dos. Llegan personas non gratas, se revelan indiscreciones, se desatan peleas, los anillos no aparecen y todo es un caos bastante interesante... si no son las tres de la mañana y hace un calor del demonio. Creo que todos nos quedamos dormidos en esta. La recomiendo solamente como una curiosidad y para verla sin sueño.


Para finalizar nuestra jornada cinéfaga vimos La mejor de mis bodas (The wedding singer, Frank Coraci, Estados Unidos, 1998). Nunca la había visto completa, solo algunos cachitos. Debo admitir que me hizo reír en algunas partes, me encantó el personaje del viejito borracho y me quitó el sueño. Pero también hay que admitir que es pésima, que Adam Sandler no sabe actuar y que perpetúa todos los clichés del amor romántico. Nunca en la vida volveré a verla.

viernes, 26 de agosto de 2011

Firmado con un klínex


Otro de los textos que analizamos en el taller de cuento impartido por Eduardo Antonio Parra fue el que abre este libro, titulado Rompecabezas, sobre una pareja de arquitectos que tienen una pelea de aquellas que son difíciles de olvidar. De paso aproveché para comprar el libro y leerlo completo.

Trece cuentos brevísimos, muy experimentales, algunos bastante difíciles de comprender, todos muy exigentes para con el lector. Con un excelente uso de la economía de la palabra, Élmer Mendoza crea imágenes precisas en la mente de su audiencia. Su narrativa es poderosa y eficiente, tiene unas cuantas frases muy inspirada y la mayoría de los relatos son asombrosos.

En Si te vas a enamorar que sea de alguien así, un hombre y una mujer se encuentran en una cafetería tras el suicidio de ésta y discuten sobre el futuro de su relación en un sólo párrafo que entrelaza los diálogos de ambos sin pausa entre ellos. El cuento que da nombre a la compilación es sobre un detective que intenta descifrar la oleada epidémica de mujeres hermosas que se quitan la vida, descubriendo una aparente conspiración y lo que parece un romance. Cuerpo narra las transacciones de una mujer de dudosa belleza con aquellos hombres que la desean.

Postal para Diego Luna nos cuenta, de manera supuestamente cinematográfica, la curiosa historia de un trailero en su último/primer viaje. Luego, en Gard, un francés y un italiano se enfrentan en un bar por medio de distintos usos del título resultantes de agregarle, quitarle y modificarle letras y significados. La casa de las sirenas versa sobre un asesinato por motivos amorosos, políticos y poéticos que nadie quiere evitar. Plop es un pseudopoema tan fugaz como incomprensible y ambiguo. Una pareja pone en riesgo sus vidas y desgastan su relación en un hermoso y retorcido juego de expectativas mutuas y desafíos a la monotonía en Regalo de cumpleaños.

Mi favorito, La secta de Gutemberg, nos presenta un mundo dominado por los Nolectores en el cual los lectores de diversos autores conspiran y atentan contra la vida del líder de sus aborrecidos enemigos. En Fiesta se hacen presentes muchos escritores mexicanos contemporáneos, con breves líneas de sus obras como parte de una interminable tertulia/conversación. El libro cierra con La decisión, un relato de obsesión y suerte que tal vez en realidad no lo es.

Me salté uno de los cuentos, con la intención de compartirlo con ustedes. Que lo disfruten:

Ytsé

No se conocían. Fueron los uniformes vistosos, el olor a gasolina, la adicción al ruido y al humo lo que los hizo coincidir en la barra del Café Marimba aquel verano de Dios del que no quisiera acordarme. Eran motociclistas.
     La familia de Andrés se había enriquecido vendiendo manzanas para cerdos al horno. El padre de Álvaro ejercía de enterrador. Merx era extraterrestre y Raúl estaba decidido a mantenerse virgen el resto de su vida. Se oía una balada rock de las más horribles. Bebían whisky y hablaban de motos, llantas, bujías, lubricantes, rutas, climas, curvas y asuntos personales, cuando ella apareció.
     Cuatro corazones taquicardia.
     Yorch, sírvenos por favor, exigió Álvaro, quien bebía whiskyontherocks y era el más ansioso.
     Ella era de Cabizbaja, ustedes se han de acordar.
     Les echó una media mirada de la cintura para arriba, otra media de la cintura para abajo y siguió como si la brisa.
     Raúl, para evitar tentaciones, pensó en abandonar el lugar. Andrés tuvo una erección inmediata. A Merx le faltaba un brazo y supo que eso sería determinante. Álvaro apuró su trago y pidió el siguiente.
     Ella tenía una cita con una amiga norka instalada muy cerca de ellos, que continuaban conmocionados, pensando qué fácil es ser idiota en esta vida.
     Les concedió dos medias miradas más y por poco enloquecen.
     Nada ocurrió mientras la recién llegada y su amiga conversaban. Salvo el silencio de la sangre ardiendo.
     Cuando ella fue al baño supieron que el destino que los acababa de unir también los acababa de separar.
     Merx quedó eliminado por cuestiones raciales.
     Raúl, muy confundido, propuso juegos para que de ahí surgiera el afortunado. Lo excluyeron aduciendo la importancia de ser firme en los propósitos y que el suyo era muy particular, que demostraba lo grande que era.
     Merx, muy excitado, exigió competir, pero fue en vano.
     Raúl abrió su computadora y compartió la información sobre Cabizbaja: gente peligrosa, pendenciera y muy hermosa. La base de su economía es el comercio de órganos con otros planetas.
     Andrés y Álvaro intentaron convencerse mutuamente de desistir. Inútil. Merx, lleno de tristeza, se apartó; otra cosa sería si estuvieran en su planeta.
     Álvaro y Andrés decidieron jugarse el liderazgo en lo que mejor sabían hacer: correr motos. Dos vueltas al circuito serían suficientes y allá fueron. Las ducati a punto. Raúl sería el juez.
     Una hora después regresaron: uno exultante, el otro realmente derrotado.
     Cuando llegaban, Merx salía con la chica llevándola de la cintura con su único brazo.
     Protestaron, hey, hey, ¿qué te pasa imbécil? No tienes derecho.
     Ytsé, expresó ella con tanta energía y ojos menos bellos que flamígeros, que dejó sus oídos vibrando. Ave María purísima.
     Merx, mirando al frente, con ese porte abusivo de los triunfadores, la condujo con señorío.
     Entonces, qué remedio, despejaron, más valía llevar la fiesta en paz.
     Una hora después la amiga, cuyo país acababa de salir de una guerra, abandonó el lugar con un gesto de ahí se ven. Pronto escucharon la explosión de una nave que se largaba.
     Aguardaron.
     No resistieron y fuero por Merx. Lo encontraron sin brazos, sin piernas y sin un par de órganos internos; pero con una sonrisa que los motivó a dejarlo así, para no afectarla.

jueves, 25 de agosto de 2011

Green Lantern y GL Corps (parte 2)


Continuando con mi revisión a las historias de Green Lantern, toca turno al tomo Green Lantern: Revenge of the Green Lanterns. Geoff Johns continúa reestableciendo a Hal Jordan como uno de los personajes importantes del Universo DC, aquí lo acompaña el dibujante español Carlos Pacheco en los primeros dos capítulos, en los cuales une fuerzas con su eterno amigo Green Arrow para enfrentar al hijo de Mongul. Nuevamente al aspecto humano de Jordan y a su vida familiar se les da un mayor peso al igual que en el tercer capítulo, en el cual Green Lantern toma una misión junto con Batman para limar las asperezas entre ellos y entender sus diferencias (con arte de Ethan Van Sciver, al cual odio pero también admiro). Las últimas cuatro partes son las que dan el desafortunado título al libro. Para empezar, la historia forma parte de la iniciativa tomada por DC para adelantar todos sus títulos un año en el futuro; así nos enteramos de que Jordan estuvo preso en un campo militar ruso, se han implementado políticas internacionales para limitar las actividades de los superhéroes y hay un precio sobre la cabeza del héroe. Luego se revela una conspiración (planteada en el volumen previo) en la que el Cyborg planea una vez más apoderarse de todo (supongo) usando a los Manhunters. Para darles "pila" utiliza a otros Linternas Verdes que fueron dados por muertos tiempo atrás. Digo, si ya revivieron a Hal, ¿por qué no revivir a todos los demás de un jalón? La idea es que varios de ellos fueron muertos por Jordan bajo el influjo de Parallax y, a pesar de tener que hacerles frente, siento que tendría más peso dramático que siguieran muertos. Además, ni siquiera es una venganza pues no hay ningún plan, solamente regresan por casualidad y guardan mucho rencor. En esta última parte hace su debut en el título el dibujante brasileño Ivan Reis, mostrando un trabajo de gran calidad.


El primer volumen en el título regular de Green Lantern Corps: To Be A Lantern, profundiza en los personajes presentados en la miniserie anterior: Soranik Natu (oriunda del planeta de Sinestro, que ve el portar el anillo como una maldición), Vath Sarn e Isamot Kol (enemigos por la guerra entre Rann y Thanagar, forzados a ser compañeros en su nuevo rol). También continúa dándosele relevancia a Guy Gardner, así como a los veteranos Kilowog y Salaak. La primera mitad gira en torno a una conspiración un tanto transparente, la segunda se va por el lado más bien cómico para retratar las vacaciones de Gardner que se ven interrumpidas por Bolphunga el implacable. En esta segunda parte, Dave Gibbons se hace cargo tanto de guión como de las labores artísticas, con ese estilo tan característico suyo que, sin embargo, no ha perdido vigencia (gracias, en parte, al colorista Moose Baumann que da un toque de frescura a sus trazos). El arte en los primeros capítulos es de Pat Gleason, artista del volumen anterior, cuyo estilo se muestra en constante evolución. El tono policíaco de este título hace de su lectura una experiencia grata.


Ya entrados en gastos, seguiré con Green Lantern Wanted: Hal Jordan. Tras repetidas advertencias, Jordan es perseguido por autoridades rusas por ingresar en su espacio aéreo. Al mismo tiempo, varios cazarrecompensas buscan capturarlo y sus compañeros de la Liga de la Justicia pretenden al mismo tiempo ayudarlo pero detenerlo. Abordando el tema de la guerra en otros países, Johns toma una postura muy pro-combate la cual no me deja del todo cómodo, demasiado yankee. El arte de Ivan Reis muestra su clara influencia de la escuela de Jim Lee, aunque pasada por unas clases de Alan Davis al reducir el exceso de detalle y agregar un realismo más sobrio. Al revelar quién está tras la recompensa por el héroe también se da el segundo indicio de que algo más grande está pasando (lo cual dará pie a Sinestro Corps). De igual manera, los últimos tres capítulos traen de regreso a Star Sapphire, en una historia graciosa de romance y acción que nos presenta un espectro más de la luz. El arte aquí corre a cargo de Daniel Acuña, con un estilo similar al de Adam Hughes (en particular por su forma de acercarse a la belleza femenina).


Para terminar esta reseña, en Green Lantern Corps: The Dark Side of Green el escritor Keith Champagne nos trae una emocionante e inventiva historia en la que Guy Gardner es enviado en una misión de black-ops, introduciendo a un operativo que se hace cargo de los encargos sucios de los Guardianes. Para la segunda mitad regresa Dave Gibbons a los guiones, desarrollando más las historias de los personajes previamente presentados e incriminando a Guy Gardner por dos asesinatos. En un giro bastante interesante de algo que venía gestándose desde varios números atrás, se revela que Mogo (el planeta viviente que es en sí mismo un GL) ha caído víctima de una infección viral que ha lavado la mente de otros Linternas Verdes, poniendo en riesgo la supervivencia de las Corps. El arte de Pat Gleason se empieza a definir, dejando un poco de lado las líneas gruesas para contornos exteriores al estilo Ed McGuiness para inmiscuirse más en detalles interiores. Para terminar, los dejo con la asombrosa portada del primer capítulo de este libro.

Cuentos violentos


Como parte del taller de cuento en el cual estoy participando, sobre la violencia en la escena narrativa, se nos encargó leer y analizar los cuentos de esta antología compilada por Norma Lazo. La idea tras los relatos es explorar la violencia en sus diversos aspectos, yendo desde su tradicional y explícita forma física hasta la de carácter corporativo, pasando por la violencia de género y la autoinflingida. Como en toda colección de cuentos cortos, hay para todos los gustos y los hay unos mejor logrados que los otros. Dado que este blog es sólo de crítica y no de análisis, solamente comentaré brevemente cada relato.

El libro abre con un breve prólogo a cargo de la antologadora para dar paso a Los culpables, de Juan Villoro, sobre un par de hermanos entre los cuales un secreto sale a la luz al coescribir un guión cinematográfico. Guillermo Fadanelli nos presenta Shin Bu Kan, relato cíclico de un hombre que reflexiona sobre su pérdida de identidad frente a su pareja al encontrarse cerca de la muerte; a pesar de los muchos elogios al autor, no disfruté de su lectura. El despertar de la calle, de Eduardo Antonio Parra (quien imparte el taller), muestra la violencia doméstica de los barrios bajos contrastándola con la aparente alegría de las fiestas decembrinas.

En Eso que no es el mundo, Rafael Antúnez nos presenta a una especie de villana de telenovela en busca de venganza ante una falta quizás imaginada cuya historia se entrelaza con las anécdotas de un judicial que ha sido cansado testigo de incontables atrocidades; los personajes son bastante buenos, pero no se le da el peso suficiente a ninguna de las dos historias. Luego sigue Un asunto pesado, uno de mis favoritos en el libro, a cargo de Héctor de Mauleón; aquí un ex boxeador de compleja psicología que trabaja para el narco decide sacrificar ciertas cosas para cambiar el rumbo de su vida. Bajo el confuso título de El espejo de imán, Adriana González Mateos nos trae una historia de violencia artística aparentemente profética mezclada en una relación pseudoamorosa de codependencia.

Álvaro Enrigue nos habla de la sutil violencia que ejercen las mayorías sobre aquellos que son diferentes en El saco de Constantinopla, el cuento que más disfruté de la antología y, por mucho, el más divertido. Médico y medicinas, de Luis Arturo Ramos, va tejiendo lentamente la historia de un doctor con la de uno de sus pacientes que le despierta un interés inusual, revelando un lazo del pasado que los une a través de la culpa y el encono social. No me gustó el relato de Claudia Guillén, La iluminada, pues a pesar de retratar un hecho verídico y reciente sobre violencia derivada de la intolerancia e ignorancia religiosa siento que peca de reducir a los "villanos" a un lugar común.

La última terna de cuentos empieza con otro de mis favoritos: Neutral, de Naief Yehya, cuya representación de un atentado contra un líder terrorista basado en una historia real crea imágenes de gran exactitud y realismo. La sombra blanca, de Gabriela Vallejo, tiene por protagonista a un escalofriante psicópata que hace las veces de médico, cuestionando el papel de la medicina como una ciencia más bien inexacta. Por último, J. M. Servín nos presenta una violencia generada por la homofobia en Dando y dando, un cuento que cumple pero tiene algunas fallas en el planteamiento.

lunes, 22 de agosto de 2011

Green Lantern y GL Corps (parte 1)


Desde fianles del 2004, DC Comics se puso las pilas para revitalizar a uno de sus personajes centrales y poner en orden su mitología. Tal fue su éxito al hacer esto que Linterna Verde ha estado al centro de los recientes eventos anuales de la editorial y ya hasta le hicieron su película. A pesar de que más o menos sé lo que ha pasado en su comic, no lo había leído. Gracias a mi amigo Antolín estaré revisando todo lo que ha ocurrido con el personaje desde su regreso a la gloria, empezando por Green Lantern: Rebirth.

Revivir a un personaje es siempre un asunto delicado. Es algo característico del comic norteamericano que puede funcionar muy bien o resultar un completo fracaso. Lo central no es el hecho de que fulano o mengano regrese, sino qué tan buenas historias se pueden contar al respecto. Aquí, Geoff Johns logra incorporar la pesadísima continuidad oficial de una manera que se siente a la vez ligera, fresca y fiel a la historia. En algo muy parecido a las típicas tomadas de pelo se plantea la "inocencia" de Hal Jordan en todo el asunto "Parallax," replanteando de paso la tradicional "falla amarilla" en los mitos de los Linternas Verdes. Y si Jordan está de regreso, su némesis Sinestro no puede estar lejos. En general, no me gusta el arte de Ethan Van Sciver, pero admito de que es bueno en lo que hace: el uso de la luz verde en los distintos portadores del anillo, el juego de luces y sombras (en particular al usar a Batman) y su atención al detalle hacen que sus dibujos capturen la atención del lector.


La historia continúa en Green Lantern: No Fear. El trade abre con una comnovedora historia que nos muestra el lado humano de Jordan, lo que en primer lugar le dio su lugar en el corazón de los lectores. El arte de Darwyn Cooke en este capítulo se siente un tanto tieso, pero se ve el potencial que eventualmente ha alcanzado este artista. Luego Carlos Pacheco acompaña a Johns en el arte para presentar el regreso de los Manhunters, quienes jugarán un papel importante en la siguiente historia. Por último, podemos gozar nuevamente del arte de Van Sciver en una historia que empieza a sentar las bases de eventos venideros, con el regreso de Black Hand y una historia que revela el papel que han jugado hombrecillos verdes del espacio (¿en serio?) en el origen de varios villanos de GL. Los puntos fuertes en la trama son, nuevamente, los aspectos humanos de Jordan, su vida familiar y la reconstrucción de Ciudad Costera.


Para terminar esta reseña, toca el turno a Green Lantern Corps: Recharge. Parte importante de los mitos de GL es su relación con este cuerpo policíaco interestelar el cual regresa con todas las de ganar. Co-escrito entre Johns y el aclamado Dave Gibbons (artista de Watchmen) y con arte de Patrick Gleason, se pone al centro de la escena al carismático y detestable Guy Gardner, dándole el lugar que merece en el Universo DC. En este primer arco también comparten escena Kyle Rayner y algunos principiantes, mostrando las dificultades del entrenamiento, buenos conflictos de personajes, buen desarrollo de historia y la tendencia a desobedecer característica de Gardner que, no obstante, lo hace valioso para las GL Corps.

Supongo que esta reseña será un poco confusa para quien no esté familiarizado con los personajes y los temas. De antemano les pido una disculpa, es otra de las características del comic de superhéroes que lo hace de difícil acceso. Es un tanto necesario ser ya un geek para darle valor a estas historias, pero la idea de regresar a Jordan era también darle una oportunidad a nuevos lectores de entrarle al personaje desde un punto un poco menos hostil sin que sea necesario leer las décadas de continuidad preexistente. En general, se trata de buenas lecturas, recomendables aún si no piensan leer todo lo que vino antes o lo que vendrá después.

Super 8

(J. J. Abrams, Estados Unidos, 2011)

Como con otros trabajos de Abrams (Lost, Cloverfield), el misterio es lo importante aquí. En 1979, un grupo de chavitos de catorce años están filmando a escondidas una película para un concurso. Una noche, mientras filman, un tren se descarrila de manera espectacular. A la mañana siguiente, la Fuerza Aérea intenta descubrir el paradero de la enigmática carga del tren y silenciar a todo aquel que quiera saber de más. La intriga es muy buena, lo suficiente para mantener al público en la sala a pesar de estar ya fastidiado con tal de saber qué diantres fue lo que pasó. Sin embargo, el ritmo es un poco deficiente, siento que funcionaría mucho mejor como una miniserie en dos o tres entregas.


Los jóvenes actores son bastante carismáticos, la época es recreada con bastante certeza y los valores de producción quitan el aliento, aunque a veces llegan a ser excesivos. Y la resolución de la trama apesta a la complacencia de Spielberg, quien funge como productor.


En resumidas cuentas, me pareció lo suficientemente buena como para recomendarla, aunque con reservas. Y me gustó mucho más la película de zombies realizada por los chicos (mostrada durante los créditos finales) que el filme en sí.

Quiero matar a mi jefe

(Seth Gordon, Estados Unidos, 2011)

Supongo que fui una víctima de la mercadotecnia. Tenía ganas de ver esta película sin saber siquiera de qué trataba, al parecer la premisa y los carteles fueron suficientes para despertar mi interés. Soy de la idea de que un filme con semejante título tiene mucho potencial para proporcionar un entretenimiento catártico, por desgracia dichas posibilidades no fueron bien aprovechadas por la cinta aquí reseñada.


Para empezar, me pareció machista. Los tres protagonistas son hombres (bastante estúpidos, por cierto), de modo que la temática es abordada desde una perspectiva exclusivamente masculina. El único personaje femenino es uno de los "villanos," pero el filme se centra en explorar el aspecto sexual del mismo, reduciéndola a un papel menor y acartonado.


Además, toda la idea de "tres tipos que se ven involucrados en aprietos y situaciones absurdas haciendo gala de su incompetencia al enfrentarlas" me suena demasiado similar a la esencia de ¿Qué pasó ayer? (The Hangover, Todd Phillips, Estados Unidos, 2009) y me molesta que sea tan transparente el intento de capitalizar en un éxito probado con cierto público.


Por último, los personajes me parecieron insoportables, las situaciones demasiado inverosímiles, lo "arriesgado" es demasiado conservador, lo "políticamente incorrecto" no llega a ser ofensivo y el humor negro que podrían haber usado se ve reducido a un humor simplón y aburrido, demasiado bien portado. No la recomendaría aún si mi vida dependiera de ello, ni siquiera por la participación de Kevin Spacey (a quien respeto mucho) y de Jennifer Anniston (que se ve súper bien).

sábado, 20 de agosto de 2011

Utopia Ltd.

(Sandra Trostel, Alemania, 2010)

Como parte de la semana de cine alemán en la Cineteca Nacional, la neurobunch acudió a ver este documental sobre el grupo de wave punk (según ellos mismos se autodenominan) 1000 Robota. Tres chavales, dos de ellos aún menores de edad, se meten de lleno al mundo del espectáculo y se enfrentan a sus sinsabores.


A pesar de tener algunas reflexiones interesantes, el documental carece de objetividad pues se centra en uno de los integrantes de la banda y deja a los otros de lado. El frontman es fastidioso sin llegar a ser carismático, lleno de ideales respetables pero fuera de lugar. La estructura del documental padece de un ritmo inconstante, no sabiendo mezclar de manera orgánica las canciones con las entrevistas. Se le perdona a la directora por ser su opera prima, pero ojalá aprenda de sus fallas pues puede desarrollar un gran potencial.


El retrato de la industria musical se siente un poco trillado, abordando las problemáticas que conocemos de sobra: el papel de los medios de comunicación, la manipulación de la información, la sobreexposición de un grupo que apenas comienza, la dicotomía entre grabar y presentar shows en directo, etc. Documental más bien aburrido que gustosamente me hubiera ahorrado.

La cuerda floja

(Nuria Ibañez, México, 2009)

A muchos les parece romántica la idea de vivir en un circo, no por nada Fellini dedicó gran parte de su vida a tratar de reflejar la magia del mismo a través de su cine. Este documental nos muestra de manera muy cotidiana las realidades de esta profesión en un pequeño circo de Texcoco, reflejando las dificultades a que tienen que enfrentarse quienes han decidido vivir de esta manera.


Utilizando una cámara que es más bien testigo de los acontecimientos sin interactuar con las personas retratadas, da la impresión de una visión mucho más auténtica y objetiva de las cosas. Es así que vemos el día a día de los integrantes del Circo Aztlán, desde que preparan el desayuno, cuidan a los animales y preparan sus números hasta las discusiones domésticas que llegan a darse entre ellos. Vemos como, contrario a las fantasías escapistas de mucha gente que lleva vidas convencionales, un cirquero puede llegar a cansarse de la farándula y puede desear un trabajo más mundano. También queda evidenciada la angustia de no juntar público suficiente para dar una función y la subsecuente necesidad de cancelarla. Pero más que nada, la cinta está permeada de la pasión de Marcelo, padre de familia, clown y director del circo, que es el alma de este circo.

Admito no sin cierta vergüenza que, debido al extremo cansancio al que me he visto sujeto últimamente, me quedé dormido durante lo que me pareció un tramo bastante largo e importante del filme. Es por este motivo que, a manera de compensación, les comparto la reseña que hizo Ana Paula sobre el mismo. Que lo disfruten.

Lobster Johnson: The Iron Prometheus


Como otro regalo de cumpleaños que decidí leer con el afán de verificar que lo que estaba dando cubría los requerimientos mínimos de calidad, este comic llegó a mis manos. Escrito por Mike Mignola (creador de Hellboy) e ilustrado por Jason Armstrong, nos narra algunas de las aventuras del héroe pulp que ha aparecido en otros comics de Mignola. El personaje titular es un vigilante que combate a gangsters y a espías nazis, mezclados con uno que otro monstruo de vez en cuando. Con la brutalidad característica de los personajes de los años 40, marca a sus enemigos en la frente con una tenaza de langosta al rojo vivo.


En esta historia centrada en las aventuras de Johnson, el justiciero debe proteger al portador de una armadura experimental que utiliza energía Vril (utilizando tecnología basada en la de los hiperboreanos) en contra de la "amenaza amarilla." Como siempre, algunos chinos siniestros buscan destruir al mundo trayendo de regreso unos cuantos dragones, por qué no. Si además le agregamos a una damisela en peligro, científicos, nazis (que nunca están de más) y al equipo que apoya a Lobster, tenemos los ingredientes de una buena historia que no se tienta el corazón a la hora de enfrentar a sus personajes con el peligro.


Mi única queja, como con casi todo lo que hace Mignola, es que la acción es demasiado visual y lo deja a uno con la impresión de que las cosas se solucionan de manera en demasía sencilla. Tal vez si la narrativa gráfica utilizada fuera un tanto menos comprimida podría evitarse esto. El arte de Armstrong emula en buen grado los diseños característicos del escritor pero tiene su propio acercamiento a esta estética ahora tan popular.


Un extra que le da un muy buen sabor al libro es la adición de pequeños artículos metaficticios que abordan las distintas etapas del personaje a través de los tiempos en el mundo "real," desde ser un personaje de seriales de televisión y programas de radio, pasando (obviamente) por los comics y llegando incluso a las películas mexicanas de luchadores. De cualquier manera, para aquellos que gusten de personajes al estilo de The Shadow o Doc Savage, este comic es una buena alternativa.

Ciudad


Esta novela, originalmente publicada en 1952, está compuesta por ocho cuentos que hablan sobre la humanidad, ese perpetuo enigma. Más enigmático aún dado que ha desaparecido y son los perros, herederos del mundo, los que analizan esta literatura intentando descifrar su significado y sin decidirse por si el hombre en realidad existió o es sólo una leyenda.

A diferencia de las Crónicas marcianas de Bradbury, aquí no se resaltan los aspectos negativos de la humanidad. Bueno, no todos. Pero se plantea la cuestión de que los verdaderos problemas de la humanidad no radican en sus defectos sino en sus características intrínsecas: en la imposibilidad de comunicar una idea de manera clara, en sus limitaciones para percibir la realidad, en su orgullo, en sus ganas de ser algo más.

El prólogo y las notas previas a cada cuento son escritas por un perro, que plantea la verosimilitud de cada relato y las distintas posturas al respecto. Los cuentos mismos nos narran la historia de la humanidad a partir de 1999 y avanzan a pasos acelerados hasta diez o doce mil años en el futuro. Ciudad, el relato que da título a la obra, nos habla de la obstinación y la fútil resistencia al cambio. Encierro versa sobre la creciente agorafobia en la humanidad, la cual es evidente ya en nuestra época. En Censo se nos presenta a los mutantes, humanos que han cambiado pero lo que los hace distintos no es su naturaleza biológica sino su indiferencia al resto de la gente; aquí también aparecen los primeros perros parlantes. Deserción es el único cuento que abandona de manera momentánea a la protagónica familia Webster para contarnos sobre un hombre y su perro que deciden dejar de serlo, para ser algo mejor. En Paraíso, no obstante, dicho hombre regresa para compartir sus hallazgos con el resto de la humanidad y un complot por parte de los mutantes logra acabar con la mayoría de la humanidad. Entretenimientos nos presenta a los restos de la humanidad, perdidos en labores insignificantes; en este cuento uno de los Webster se da cuenta de que es mejor dejar al mundo para los perros, sin la influencia del hombre, y asesta un golpe fatal al resto de su especie. Esopo es un ejemplo de que el hombre, por bienintencionado que sea, siempre será una criatura destructiva. Y El modo más simple reitera esa postura.

Tal vez en efecto la humanidad no tenga solución a sus problemas, quizás el mundo sea un lugar mejor sin su presencia. Para terminar esta reseña les dejo esta portada alternativa que me resultó impresionantemente buena, así como el fragmento final del sexto relato:


Y eso no debía ocurrir. Los perros temían que tener su posibilidad. Tenían que vivir tranquilos e intentar el éxito allí sonde el hombre no lo había logrado. Y mientras hubiese un elemento humano, los perros no podían tener éxito. Pues el hombre querría volver a dominarlo todo, estropearía las cosas, se reiría de los duendes que hablaban en el otro cuarto, objetaría que se domase y civilizase a todos los animales.
     Normas nuevas, un nuevo modo de pensar y vivir, una nueva aproximación a los problemas sociales. Y no había que manchar todo eso con el pesado aliento del hombre.
     Los perros se reunirían en las noches, después del trabajo, y hablarían del hombre. Contarían, una y otra vez, las viejísimas historias y el hombre sería un dios.
     Y sería mejor de ese modo.
     Pues un dios no puede obrar mal.

jueves, 18 de agosto de 2011

The Calling: Cthulhu Chronicles


Como regalo de cumpleaños para el lovecraftiano mayor de la Neurobunch, Miguel (alias Gruñis), conseguí este comic del año pasado que me hizo pensar en él desde que lo vi. Obviamente, no podía regalárselo sin haberlo leído antes. Digo, para cerciorarme de que no le estaba dando una obra de calidad menor a lo que su refinado gusto acostumbra.


La premisa básica es compleja, varios personajes se van entrelazando hasta que sus caminos se unen. El protagonista principal es Clay Diggs, vendedor de una farmacéutica importante, quien se entera de que su hermana se internó a sí misma en un manicomio. Simultáneamente, un crucero encalla en la costa con toda la tripulación muerta (y unos cuantos cuerpos de más). Por otra parte, un ejecutivo de una de las compañías de diseño publicitario de mayor renombre cometió suicidio y su sucesora empíeza a encontrar coincidencias extrañas en las campañas para las cuales estaba trabajando.


La historia, escrita por Michael Alan Nelson y Johanna Stokes, se desarrolla de manera bastante fluída, incorporando elementos lovecraftianos tradicionales -cultos malignos, locura, conspiraciones, suicidas e invocaciones en lenguas arcanas- con otros elementos más contemporáneos como cultura corporativa, narcóticos, moda, medicina y turismo. El resultado logra crear la atmósfera adecuada para contar una historia inteligente que puede complacer a los seguidores del escritor oriundo de Providence. En cuanto al arte, a cargo de Christopher Possenti, implementa técnicas de diseño que ayudan de gran manera a contar la acción. Nos presenta un mundo creíble y muy parecido a la realidad, además de que no escatima esfuerzos al incluir detalles de fondo. Y se esfuerza en diferenciar a cada personaje, así como en mostrar grandiosas expresiones de horror que logran inquietar al lector.


Hacia el final pareciera que los personajes son más heróicos que los acostumbrados protagonistas del horror cósmico, pero la conclusión tiene su debida dosis de pesimismo e inevitabilidad. En definitva recomendable para todos aquellos que gusten de historias sobre Cthulhu, y también para quienes nunca hallan escuchado mencionar su profano nombre.

lunes, 15 de agosto de 2011

¡Que te calles!

(Tais-toi!, Francis Veber, Francia, 2003)

Desde hace mucho tenía ganas de ver esta película, recomendada por Ana Paula. La premisa es sencilla: Quentin (Gérard Depardieu) es un tonto de fuerza descomunal que no tiene amigos y no conoce otra forma de vida que el crimen, pasando más tiempo dentro que fuera de la cárcel. El problema es que es tan irritantemente amigable que ningún otro preso lo soporta. Entra entonces en escena Ruby (Jean Reno), un matón endurecido que traicionó a su jefe mafioso pero se niega a delatarlo y no dice palabra alguna a nadie. El personal de la prisión decide ponerlos en la misma celda, para ver si el "carisma" de Quentin logra quebrar la intransigencia del otro, pero lo único que logran es que el primero vea en su silencioso compañero al único amigo que no pierde los estribos a su lado.


Para tratar de salvar a su nueva amistad, Quentin organiza una fuga del psiquiátrico al cual fueron transferidos e insiste en seguir a Ruby a todas partes, a pesar del rechazo que le demuestra. Con momentos bastante graciosos y muy buenas actuaciones por parte de dos veteranos del cine francés, el filme cumple con el cometido de entretener de manera ligera e incluso conmovedora. Recomendable para pasar un momento grato y reír bastante, pero hasta ahí. Ah, y sale una núbil bastante núbil.

sábado, 13 de agosto de 2011

Captain America: The First Avenger

(Joe Johnston, Estados Unidos, 2011)

Como fan de comics, en particular de Marvel, he seguido fielmente las versiones fílmicas de sus personajes. Siento que Marvel Studios ha logrado de bastante buen grado trasladar a las salas de cine el éxito de sus historias, me encanta como poco a poco han ido creando el entramado intertextual para crear un universo común entre todos los filmes, como parte de un ambicioso proyecto que verá su primera culminación el próximo año con la salida de The Avengers (Joss Whedon, Estados Unidos, 2012). Pero he de admitir que no todas las cintas han sido tan buenas. Esta me parece una de las menores.


Comienza en la época actual, con unos soldados descubriendo una especie de avión atrapado en el hielo y un atisbo del emblemático escudo de Captain America. Y entonces empieza un flashback en 1942. Pero el resto de la película es el mismo flashback extendido y desarrollado de una manera un tanto tediosa y poco orgánica. Recientemente he aprendido que si contamos una historia de manera lineal, esta puede ser pesada e incluso aburrida. Esta película es un claro ejemplo de lo mismo. En lo personal, hubiera preferido que se exploraran los conflictos de un hombre desplazado a través del tiempo, recurriendo a flashbacks breves para contar lo necesario de su origen, los puntos relevantes y que establecen su carácter. Hay muchas cosas que podrían explotarse de ese modo. Además, una historia con dos cronologías que se van desarrollando paralelamente me parece que hubiera rendido resultados más satisfactorios. Sin embargo, a mí nadie me preguntó antes de escribir el guión.


Otra cosa que me molestó es el poco desarrollo de personajes. Bucky se ve reducido a menos que un sidekick, ni siquiera su versión original (antes de que Ed Brubaker lo convirtiera en un  bad ass) tenía tan poco protagonismo. Los Howling Commandos ni siquiera son llamados por sus nombres propios. Y dado que la acción ocurre durante la Segunda Guerra Mundial, podrían haber hecho una buena película de guerra, con misiones de black ops, buena intriga y tensión, pero todo eso se diluye en un filme que opta por mostrar gadgets y vehículos anacrónicos que nada aportan a la trama. En resumidas cuentas, me parece bastante fallida esta película que, a pesar de no ser mala, tampoco llego a considerarla ni medianamente buena.