La más reciente novela de Bernardo Fernández, Bef, es una especie de secuela a su primera novela publicada, Tiempo de alacranes (reseñada con anterioridad en éste, su blog de confianza). Regresa Lizzy Zubiaga, heredera del cártel de Constanza, y su ahora antagonista, la agente Andrea Mijangos de la Policía Judicial (quien fuera un personaje más bien fugaz en su primera aparición). También vuelve el otrora Lic. Gómez Darkseid (ahora capitán de la AFI) y Pancho, el fiel asistente del Señor ahora a las órdenes de su hija.
Sin negar sus raíces como escritor de ciencia ficción o, mejor dicho, de literatura especulativa, Bef nos presenta una historia cyberpunk disfrazada de novela negra: en ella hay drogas de diseño y una solidez en el aspecto químico de la creación de las mismas que revela la rigurosa investigación propia de la CF "dura."
Algo que me gustó mucho de la novela es que, a pesar de tratar sobre narcotráfico y crimen organizado, logra zafarse de los estereotipos de este subgénero. La nueva dirigente del cártel lo convierte en una corporación, modernizando su papel en la sociedad. Reniega de todo lo que tenga que ver con el prefijo "narco-" y no sólo mata por matar, sino que va más allá para hacer de sus crímenes instalaciones artísticas sofisticadas.
Por otra parte, la perspectiva de los agentes de la ley es este libro nos hace preguntarnos si habrá algún elemento realmente honesto e incorruptible, mostrándonos los distintos tipos de tranzas que se antojan generalizados en todos los niveles de la lucha contra el crimen. También refleja de buena manera la competitividad y falta de cooperación entre los diversos órganos de protección civil.
Bef continúa con su tendencia de escribir capítulos breves que obligan al lector a no parar de leer, aunque se agradece que esta novela, al igual que la anterior (Ojos de lagarto, 2009), no sea tan corta como sus primeras obras. Los mundos construidos por el autor se asemejan demasiado al nuestro, haciéndonos confrontar aspectos de nuestra realidad que tal vez no nos gusten tanto. Lo único que siento va en detrimento de Hielo negro es la (a mi parecer) excesiva cantidad de referencias a libros, películas, actores, directores, grupos de rock, canciones, comics, escritores, etc, etc, etc. que parece más una lista de recomendaciones personales (que no dudo que lo sea) y diluye un poco la contundencia narrativa de la trama. Pero fuera de eso, esta novela les brindará un trepidante recorrido por los bajos mundos de los narcóticos lleno de violencia, sangre, arte, sexo y estados alterados de la consciencia.
Por si fuera poco, el final del libro parece anticipar una serie de novelas con los mismos personajes. No puedo esperar a ver qué se le ocurre a éste, mi escritor mexicano favorito, para la siguiente entrega.
El autor, orgulloso de su más recietne obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario