Como dice el mismo autor, Robert Kirkman, en su introducción al primer volumen de la serie, The Walking Dead es la película de zombies que nunca acaba... al menos no por un buen rato. Hace ya siete años y medio la editorial Image Comics empezó a publicar este título que volvió a poner de moda a los muertos vivientes en el noveno arte y que llevó a su escritor a una posición prominente dentro de la editorial.
Kirkman, acompañado por su amigo y frecuente colaborador Tony Moore, nos presentó un comic con atmósferas fieles a las películas de Romero, con zombies que caminan lentamente y mucha crítica social. Al igual que en las mejores películas de este subgénero, lo importante no es por qué se desató el holocausto o si se encontrará una solución al mismo, sino cómo reacciona la humanidad ante un cambio tan drástico.
Visto desde una perspectiva más sencilla, la serie nos cuenta la vida de Rick Grimes, oficial de policía que despierta tras haber estado en coma y se encuentra con que el fin del mundo como lo conocía ya ocurrió. Reencontrándose con su familia y con un grupo de sobrevivientes, intenta adaptarse para sobrevivir. En un principio, Rick es un tanto ingenuo, es incorruptible, siempre tiene la razón; en resumen, es un all american man. Mas conforme la historia avanza, se ve enfrentado a situaciones que ponen en duda sus valores, sus decisiones, su futuro y su humanidad misma. Al igual que el resto de los personajes, se ve obligado a hacer a un lado el bien de la mayoría para ver por sí mismo y los suyos, a cometer actos que en su anterior vida serían considerados atroces en aras de conservar el mayor número de vidas posible.
Algo que me encanta de Robert Kirkman (pero que también me hace odiarlo) es que no se toca el corazón a la hora de matar a sus personajes. Hace que los conozcas, que te identifiques con ellos, que te encariñes y de repente, ¡zas! , los mata por docena. Ningún personaje está a salvo, hay ocasiones en que uno llega a temer que incluso Rick podría morir y la serie continuaría con el resto de los personajes. Al igual que con Invincible, uno como lector sufre y se preocupa por el bienestar del extenso elenco (aunque aquí se mueren más).
Es difícil hablar de la trama sin revelar puntos importantes de la misma. Solamente me limitaré a decir que hay incontables ataques de no-muertos, pactos suicidas, traiciones, infidelidades, balas perdidas (accidentales y a propósito), amputaciones, embarazos, encuentros amigables (y nada amigables) con otros grupos de sobrevivientes, encierros voluntarios, hambre (y no solo de los zombies), violaciones, golpizas brutales, venganzas repugnantes, invasiones, desesperanza, tintes de locura, cazadores, más intentos de suicidio, asesinatos a sangre fría, francotiradores, una guerra en miniatura, falsas promesas, rebaños de zombies, paranoia y aparente calma por temporadas... No todo ocurre necesariamente en el orden mencionado, algunos elementos se repiten más de una vez, pero digamos que son los ingredientes básicos.
A pesar de la longitud de la serie, Kirkman sigue logrando sorprender incluso al público más exigente incorporando ideas innovadoras en cuanto a muertos vivientes y brindándonos acción trepidante que nos hace devorar página tras página vorazmente, cual una de las criaturas titulares.
En el aspecto gráfico, los trazos limpios de Moore eran bellísimos, aunque tal vez un poco caricaturezcos para el tema. A partir del número seis (o del segundo volúmen) el señor Charlie Adlard empezó a hacerse cargo de las labores artísticas. El cambio es bastante drástico y cuesta trabajo acostumbrarse a la nueva imagen, pero conforme avanza la serie uno termina convenciéndose de que fue lo más adecuado. Su estilo incorpora más sombras y le imprime un tono mucho más sobrio a las situaciones dibujadas.
Hasta el momento se han publicado ochenta y tres números de la serie, los cuales han sido recopilados en trece trades (el catorce sale en julio), seis hardcovers regulares, tres hardcovers de lujo y un compendio gigante. Así las cosas, hay distintas formas -todas ellas accesibles- de entrarle a esta serie. También se están reimprimiendo los números sueltos de la serie regular, bimestralmente.
En verdad tengo los trece libros, pero le salió tan bonita esta foto a Gru que no pude evitar incluirla.
Recientemente la creación de Kirkman dio el salto a la pantalla chica. La primera temporada de la serie contó con solamente seis episodios, aunque ya se está trabajando en la segunda y ésta tendrá trece. Ya me la prestaron pero no he tenido tiempo de echarle un ojo, en cuanto lo haga la reseñaré por acá.
Kirkman en medio de unos fans hambientos.
Para terminar este post, los dejo con la portada alternativa del número cincuenta. Corriendo el riesgo de que el público pensara que había cambiado el género de la serie por el de superhéroes, se hizo una imagen conmemorativa a cargo de Erik Larsen y Ryan Ottley. No tiene nada que ver con la historia, pero está bonita.
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