martes, 5 de abril de 2011

En el principio fueron los zombies...


Todo empezó con un comentario en un correo electrónico: "estaría bien hacer un maratón de todas las películas de zombies de Romero." Se empezó a planear el evento, se iba a llevar a cabo en diciembre de 2009, pero a la mera hora se canceló. Yo pensé que ya nunca lo haríamos, pero en enero empezamos a planearlo nuevamente y el primer sábado de febrero de 2010 nos reunimos unos cuantos amigos para ver películas de zombies toda la noche. A la mera hora no fueron sólo de Romero. La pasamos tan bien que decidimos volver a hacerlo el siguiente mes. Desde entonces, algún sábado de cada mes nos reunimos en casa de Kitty para desvelarnos y ver películas toda la noche. Pedimos pizzas, comemos botanas, tomamos café y uno a uno vamos cayendo. A la mañana siguiente, completamente estropeados, nos retiramos para volver a reunirnos treinta días después.

Si hablamos estrictamente, el aniversario se cumplió en febrero, pero no fue sino hasta marzo que pudimos festejarlo. Para conmemorar la ocasión decidimos, en lugar de escoger un tema para la programación de la noche, que cada uno de los miembros de la Neuropandilla escogería una de sus películas favoritas para compartirla con los demás.


Por situaciones de último momento, no pudimos contar con la presencia de Carlos pero sí lo tuvimos en espíritu a través de su sugerencia, 8 1/2 de Federico Fellini (Italia, 1963). Esta maravillosa película es una de las pocas que pueden considerarse perfectas. Mostrando de manera casi autobiográfica la vida y trabajo del realizador, incluyendo sus fantasías y sus dificultades maritales, esta cinta en glorioso blanco y negro nos cautiva de principio a fin y es obligatorio para todo cinéfilo verla al menos una vez en la vida.


Después continuamos con mi recomendación, Dentro de la piel (Dans ma peau, Marina de Van, Francia, 2002). Esta película, que podríamos considerar como "gore de arte", la conocí cuando empecé a ir a la Cineteca y podríamos decir que refleja mi relación con el cine: adictiva, obsesiva y hasta cierto punto autodestructiva. Me parece una de las películas más sensuales que he visto (ojo: no dije "eróticas") y es un disfrute verla, sobretodo por las reacciones que causa en el resto de los espectadores.


La tercera función fue elegida por Ana Paula. Se trató de Caracter (Karakter, Mike Van Diem, Países Bajos-Bélgica, 1997), película de corte bastante kafkiano que narra la retorcida historia de un joven, hijo ilegítimo de un prominente y temido recolector de impuestos, y sus terribles encuentros con su progenitor. El protagonista cuenta su vida a sus interrogadores, quienes lo arrestaron tras encontrar el cuerpo sin vida de su padre. En una nota más bien cómica, también podría decirse que es una versión alternativa de Star Wars, con todo y su Darth Vader...


A la hora más difícil de la noche vimos El cazador de trolls (Trolljegeren, André Øvredal, Noruega, 2010), recomendación de Óscar y Gaby. Inevitablemente comparada con The Blair Witch Project (Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, Estados Unidos, 1999), nos cuenta a manera de falso documental la historia de unos cineastas que siguen a un cazador ilegal, para descubrir que sus presas son criaturas míticas. Lo mejor de la película son todos los detalles folclóricos que se mencionan sobre los trolls. Nos pareció bastante entretenida... bueno, a los que la vimos completa, pues la mayoría cayeron rendidos.


Para terminar, Miguel aportó Tesis (Alejandro Amenábar, España, 1996). Es en definitiva una película "levantamuertos," a todos se nos quitó por completo el sueño. Nunca había tenido oportunidad de verla y no me decepcionó para nada, estuvo a la altura de las elevadas expectativas que tenía. Algo que me pareció impresionante es que, a pesar de no ser tan vieja la película, es una clara evidencia de lo rápido que ha avanzado la tecnología desde los años 90: discos floppy para la computadora PC, cámaras de vídeo gigantescas, cassettes de VHS y otros vestigios de hace apenas dos décadas nos hacen ver lo mucho que han cambiado las cosas. La historia de intriga y suspenso logra hacernos dudar de todos los personajes sin que caiga en el fastidio, el impecable guión ata todos los cabos y da material para reflexionar.

Y con eso terminamos, ahora empieza un nuevo ciclo de maratones caseros con el cual seguiremos compartiendo películas y veladas de mucho disfrute.

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