jueves, 28 de abril de 2011

La chica de la capa roja

(Red Riding Hood, Catherine Hardwicke, Estados Unidos 2011)

Al parecer, doña Hardwicke ya encontró su nicho y su público: películas bobas, con pésimas actuaciones y efectos especiales deplorables, para jovencitas impresionables que gustan de romances baratos. Aunque su opera prima fue la propositiva y arriesgada Thirteen (Estados Unidos, 2003), el éxito de su anterior película -Twilight (Estados Unidos, 2008)- cambió para siempre su carrera... para mal.

Vi esta película por pura curiosidad malsana, para saber qué tanto apestaba. Ni siquiera se esfuerzan en disimular las similitudes con Twilight, una chica y dos galanes -uno bien portado y otro "peligroso"-, romance prefabricado y comportamientos masculinos altamente idealizados e improbables. Lo malo es que, a diferencia de la saga de vampiros gays que brillan y hombres lobo que se niegan a usar playeras, ésta no llega a ser tan mala que es buena. Con una trama aburridísima que literalmente da sueño, un misterio que sólo marea y no despierta interés auténtico, situaciones absurdas que se toman demasiado en serio (como la parte de "que dientes tan grandes tienes, abue"), personajes planos y una moral más bien simplona, ni siquiera sirve para divertirse al burlarse de ella.


Además de estas fallas, también podemos agregarle huecos injustificables de principio a fin, una total carencia de erotismo explotativo, anacronismos por doquier, un innecesario apego al cuento de Caperucita Roja (con lo de las piedras en el estómago), un soundtrack mediocre y un desenlace que resulta inesperado porque precisamente así está planteado, pero no sorprende a nadie. Y la incorporación de un hombre lobo en lugar del tradicional Lobo Feroz no le agrega nada a la situación.

Me parece triste que dos elementos con tanto potencial sean desperdiciados con tanto descaro. Por una parte, el cuento original. En sus múltiples versiones hay gran riqueza y contenido, además de que el subtexto para advertir a la juventud de los riesgos de la sexualidad da para mucho (en esta versión, el mensaje se vuelve "sé una puta y acuéstate con el lobo, deja que te coma). Incluso una actualización del tema subyacente podría dar mejores resultados. El segundo elemento mal aprovechado es el hombre lobo. Siendo una criatura que puede tener un gran conflicto dramático, siento que nunca se le ha hecho debida justicia en la pantalla de plata. O el acercamiento realista, de los cientos de casos en que hubo confesiones firmadas (bajo tortura) usadas como chivos expiatorios para ocultar a los verdaderos culpables de terribles crímenes, también podría haberle dado riqueza. Pero definitivamente no lo logró.

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