(Beto Gomez, México, 2011)
Sinceramente, no pensaba pagar un boleto por ver esta película. Así que, cuando se presentó la ocasión de colarme a verla, decidí hacerlo nomás por quitarme la curiosidad. Puedo decir que tiene valores de producción impresionantes (exagerados, de hecho) y que algunos personajes tienen un potencial que nunca se ve aprovechado. También puedo decir que me parece estúpida la premisa, después de todo ¿que hace un soldado mexicano en Irak si nunca participamos en dicha guerra? Por último, también diré que el ritmo es tan mal manejado y la cinta se vuelve tan aburrida, que me salí de la sala a los cuarenta y cinco minutos para colarme a ver otra película malona que, al menos, contaba con el atractivo de varias núbiles.
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