Es difícil hablar de Invincible sin revelar partes de la historia. Digamos que es sólo un comic de superhéroes, pero que quede claro que no es sólo OTRO comic de superhéroes. Hago esta distinción porque es importante. En estos tiempos en que muchos escritores y artistas de comic repudian el subgénero superheróico (en el cual la gran mayoría empezó su carrera, al cual crecieron amando y disfrutando), muchos títulos nuevos se van más por el lado de intentar contar historias en otros géneros o abordar a los superhéroes haciendo deconstrucciones o sátiras irónicas. Invincible no es así.
Sin pretender reinventar nada, sin descubrir el hilo negro, Robert Kirkman y Cory Walker crearon en 2003 a Mark Grayson y su cada vez más amplio elenco de personajes. A todos nos ha tocado una charla similar: "Hijo, quiero hablar contigo. En los próximos años experimetarás ciertos cambios. Tendrás acné, vas a tener que lavarte la cara más seguido. Te va a salir vello en partes extrañas del cuerpo. Tu voz se va a quebrar y eventualmente cambiará. Y empezarás a ver a las chicas desde otra perspectiva." Pero cuando Nolan tuvo esta plática con su hijo Mark, agregó "vas a tener superpoderes. Superfuerza, supervelocidad, vuelo. Todo eso." Chido, ¿no?
Invincible empieza con las aventuras de un estudiante de preparatoria que sigue los pasos de su padre Omni-Man y se vuelve superhéroe cuando sus poderes se manifiestan. Conoce a otros héroes adolescentes, combate a sus primeros villanos y va conociendo sus poderes, todo esto mientras termina la prepa, sale con sus amigos, consigue novia, estudia para sus exámenes y convive con su familia.
Kirkman da un acercamiento fresco que nos recuerda por qué nos gustaron en un principio los comics. Sin la carga de una continuidad de varias décadas, se va ampliando un "nuevo" universo de superhéroes que incluye a otras creaciones de Kirkman (Brit, Tech Jacket, Capes, The Asounding Wolf-Man, Guardians of the Globe) e incorpora a otros superhéroes de Image comics viejos y nuevos (Savage Dragon, Superpatriot, Dynamo 5), llegando a mostrar cameos de otros personajes, incluso Spider-Man y Batman.
Traiciones, aventuras cósmicas y espaciales, invasiones alienígenas, realidades paralelas, viajes en el tiempo. Las historias se van sembrando poco a poco, las tramas van creciendo a través de los números mensuales hasta explotar en toda su gloria, tal como en las mejores etapas de los X-Men cuando Chris Claremont escribía y John Byrne dibujaba. En lugar de ser como hoy en día, que todas las historias se diseñan para durar de seis a ocho números para después ser recopiladas en un libro, aquí las semillas de una aventura se plantan y puede que no den fruto sino hasta dos o tres libros más tarde. La acción es trepidante, el ritmo es implacable y los cliffhangers nos vuelven adictos y nos dejan pidiendo más.
Tras haber alcanzado el número cincuenta, por qué no, Invincible tuvo un cambio de imagen tan drástico como aquel que experimentó Spider-Man con el traje negro. Y más adelante, para el número setenta y cinco, regresó a una variación del traje original. También le han dado una especie de sidekick, para algunos tan insoportable como Jason Todd o el más reciente Damian Wayne.
Pero no sólo eso, también está el lado humano de los personajes. Mark tiene romances que nada le piden a los amoríos de Peter Parker con Gwen Stacy, Mary Jane Watson o Black Cat / Felicia Hardy. La mamá de Invincible, Debbie Grayson, es un gran personaje que da bases sólidas al aspecto familiar del comic, logrando que la convivencia diaria no contraste sino que se acople perfectamente con el lado fantástico. Me encanta Robert Kirkman pero también lo odio, ya que me hace querer a sus personajes y angustiarme por ellos, pues siempre corren peligro y no se toca el corazón para matar a uno que otro de vez en cuando.
Desde el lado gráfico, una vez que el comic empezó a salir tarde pues Cory Walker no podía terminar el arte a tiempo, entró en escena Ryan Ottley. Con dibujos que al principio se asemejaban al estilo limpio de Walker (con sus debidas influencias de Mignola e incluso de Hergé, al dibujar los ojos como puntitos), poco a poco fue evolucionando hacia estilos más realistas que a veces me recuerdan a uno de mis artistas favoritos, Adam Kubert. Y la violencia, la gloriosa violencia. Invincible es uno de los comics más gráficos y sangrientos que hay, pero todo hecho de una manera hermosa. Fracturas expuestas, intestinos volando, ojos dejando sus cuencas oculares y decapitaciones, todo esto bañado en sangre del rojo más brillante que podamos ver. Nada de poner sangre de otros colores para bajarle el tono, lo chido de las libertades editoriales en Image es que se puede prescindir de ese tipo de consideraciones.
Hasta el momento se han publicado trece trades, aunque también están los cinco hardcovers de la Ultimate Collection o bien los dos librotes de la Complete Invincible Library. También hay dos miniseries de Atom Eve (la segunda con Rex Splode) recopiladas en un trade más. Ahora sólo me queda esperar a finales de abril, a que salga en volúmen catorce. Y después el que sigue. Y el que sigue. Deseando que falten años para que alcance su conclusión (pero por favor, que haya conclusión, no como en los comics mainstream de superhéroes que nunca acaban).
Para terminar, los dejo con una mini galería de ilustraciones de mi amada Atom Eve (¡una de ellas por el grandioso Adam Hughes!) Que la disfruten.
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