jueves, 31 de marzo de 2011

Invierno profundo

(Debra Granik, Estados Unidos, 2010)

La realizadora de esta cinta se dedica a sacudir a las buenas conciencias norteamericanas desde la trinchera del cine independiente. Con este, su segundo largometraje, aborda el tema de las drogas no desde la perspectiva de la adicción sino desde la de la manufactura y tráfico, con las repercusiones que traen a una comunidad.

Jennifer Lawrence (quien, a mi parecer, nació para protagonizar a Empowered) interpreta a Ree, una chica de diecisiete años con muchos pantalones. Vive con su madre discapacitada y sus dos hemanitos. Su padre estuvo en prisión por tener un laboratorio de metanfetaminas y ahora, que obtuvo la libertad condicional, está desaparecido. Si no se presenta ante la corte en dos semanas, su familia será expulsada de la casa (pues la usó para cubrir su fianza). Entonces nuestra protagonista se da a la tarea de encontrarlo a como dé lugar, vivo o muerto.

Ree enseña a sus hermanos a cazar.

En su búsqueda debe visitar a gente peligrosa e inestable: su tío Teardrop, adicto a la cocaína y propenso a arranques violentos; las mujeres de la familia Milton, lideradas por Merab, familiares lejanas que están a cargo del narcotráfico local; y por último, el evasivo Thump Milton, patriarca criminal. Al hacer preguntas que nadie quiere responder, remueve la aparente tranquilidad del sur de Estados Unidos y revela un mundo oscuro de muerte y manipulación.

Buscando tumbas al ras de la tierra.

Sin embargo, a mi parecer, el tema central de la película es la familia y los valores. A pesar de que los personajes son delincuentes de la más baja calaña, reconocen en el esfuerzo de Ree -quien comparte la misma sangre que ellos- lo justo de su causa y la ayudan (no sin antes propinarle una golpiza de miedo). Teardrop agrede físicamente a la joven para disuadirla de abandonar su búsqueda mas, al darse cuenta de su determinación, se une a ella aún poniendo en riesgo su libertad y su vida. Incluso la misma Ree, al saber que su padre está ausente, asume que éste murió antes que pensar en la posibilidad de que haya desertado a su familia.

La protagonista, hermosa a pesar de las marcas de golpes.

Esta historia de una mujer fuerte enfrentada a condiciones extremas -ella y sus hermanos incluso recurren a comer ardilla, a falta de venados- nos muestra con gran sobriedad y sin ningún exceso la sordidez y los estragos ocasionados por las drogas. Las actuaciones y la tensión dramática, minimalistas y contenidas, nos llevan poco a poco por un recorrido sombrío hasta un clímax emocionalmente intenso. La forma en que la historia está contada la asemeja a los westerns, aunque podríamos llamarle más bien un southern. Incluso se presta a hacer una comparación con True grit (Joel & Ethan Coen, Estados Unidos, 2010), en la que una menor de edad busca hacer justicia, pero Winter's bone la supera y por mucho.

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