lunes, 7 de marzo de 2011

El discurso del rey

(Tom Hooper, Reino Unido, 2010)

No tengo mucho que decir sobre esta cinta. Es buena, bastante buena. Enternecedora. Muy bonita. Que quede claro que no lo digo como algo bueno. Me parece muy complaciente y siempre he preferido las películas que nos confrontan, que nos hacen ver lo que nos duele o lo que no queremos ver. Pero es mi gusto personal y eso no hace de ésta una mala película.

De hecho, está muy bien realizada. El diseño de arte es impresionante, recrean la Inglaterra de los años 20 con todo detalle. Los vestuarios son igual de creíbles. El ritmo es pausado sin ser lento. La música acompaña adecuadamente a las imágenes sin robarles atención y sin caer en la redundancia ni en el sentimentalismo. Y las actuaciones. Qué actuaciones.


Sin duda, Colin Firth es merecedor de todas las nominaciones y premios que ha recibido. Su personificación del Rey George VI es excelente, desde su tartamudez inicial hasta su gradual adquisición de confianza en sí mismo, pasando por el conflicto de verse irremediablemente atrapado en una situación y un papel con los que no se siente cómodo. Helena Bonham-Carter como su esposa Elizabeth demuestra un talento contenido y fuerte al mismo tiempo. De hecho, yo hubiera preferido que ella se llevara el Óscar a mejor actriz de reparto (pero a mí nadie me preguntó). Y Geoffrey Rush, ni qué decir. Un veterano que se las sabe todas, su carismática forma de dar vida al logoterapeuta Lionel Logue nos conmueve y nos hace reír con su irreverencia.


Este filme nos cuenta una etapa en la vida del mencionado rey de Inglaterra, desde los últimos días de vida de su padre y la abdicación de su hermano al trono hasta su renuente toma de la corona, paralelamente a sus intentos por dominar el problema del habla que había tenido desde su niñez y al surgimiento de su amistad con Lionel, el único hombre que logró traspasar esa barrera que lo mantenía aislado del resto de la gente. El momento en que Logue le dice que es su amigo y "Bertie" se indigna me recordó una situación similar entre Hob Gadling y Morpheus en el comic Sandman. Bueno, dejando a un lado mi referencia a un comic que todo mundo haría bien en leer, insisto en que el lazo que se forma entre estos personajes se siente auténtico y honesto.

Pero hasta ahí. Realmente no creo que la película mereciera tantos premios, en especial me molestó que ganara mejor director, mejor guión original y mejor película en los premios de la Academia, habiendo tantos contendientes dignos a dichos galardones.


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