jueves, 17 de marzo de 2011

2da Antología Caligrama: Cuentos de Horror, Fantasía y Ciencia Ficción


Con mucho orgullo y no sin cierta modestia, me toca reseñar la antología en la que aparece mi primer cuento publicado. Este libro es el resultado de la segunda convocatoria que realizó Editorial Caligrama para un concurso de cuentos de género. El certamen se llevó a cabo en tres etapas: en la primera, trescientos sesenta y cuatro participantes enviaron a la editorial uno o más cuentos de hasta una cuartilla (yo envié seis) y un jurado seleccionó a los que consideraron los mejores; para la segunda etapa, los treinta finalistas escribimos cada quien un relato de tres a cinco cuartillas que estuvo durante un mes en la página de internet de la editorial para que el público en general votara por el de su agrado; los once autores con más votos resultamos ganadores y, en la tercera etapa, escribimos un cuento de quince a veinticinco cuartillas el cual se publicó en la antología.

Independientemente a mi participación en el libro, me alegra mucho poder decir que el nivel de los cuentos incluidos mejoró muchísimo en comparación a los del año anterior. Hay una gran variedad de estilos narrativos y de técnicas, de temáticas y de tratamientos. Y todos los cuentos están muy bien escritos (aunque se alcanzó a escapar una que otra falta ortográfica, pero pasa hasta en los proyectos más profesionales con las editoriales de mayor renombre). A continuación escribiré brevemente sobre los cuentos, con mi humilde opinión de cada uno.

La antología abre con mi cuento, Desapariciones o el Demonio Protector. En efecto, por un error, se les olvidó incluir mi verdadero nombre Pok y aparezco bajo mi apodo de Adrián Manero. Me es imposible hablar objetivamente de mi relato, sólo puedo decir que estoy satisfecho con el resultado y que me pude dar el lujo de escribir algo que no es del todo amigable con el lector. Entrando en el terreno de la Fantasía Oscura, el cuento semeja un fragmento en el diario de un viajero, con un pasado oscuro, que llega a un poblado donde la gente empieza a desaparecer.

El segundo relato es La amenaza Ergonita, de Arturo Ayala. Ciencia Ficción con tintes policíacos, debo decir que me resultó entretenido pero el final me pareció demasiado ingenuo. En fin, es mi opinión personal. Un viajero intergaláctico recorre el cosmos, introduce a su nave a una criatura que amenaza su existencia y termina recorriendo los parajes de un planeta-prisión para detener a dicha amenaza.

Después sigue Jornada Onírica # 27, de Edgar González. Da comienzo con una cita que hace un uso muy original de los dos puntos ( : ), sin embargo al intentar repetir este uso alternativo cae en el abuso. A veces lo usa en lugar de una coma o lo inserta en medio de una oración que, al leerla, no debería llevar una pausa intermedia. El relato es una especie de recuento de un sueño, a ratos ingenioso, a ratos repetitivo. Mi mayor queja es que la estructura es demasiado lineal como para tratarse de un sueño.

A continuación tenemos Infección, de Gibrán Peña. Con un principio que me recordó a personajes de Stephen King, un escritor nos cuenta de su roce con la muerte y cómo éste lo cambió, volviéndolo una especie de foco infeccioso. Presentando una especie de plaga bastante original y nunca antes vista (al menos no por mí), Gibrán nos ofrece un cuento similar a una película de Hollywood: trepidante, muy bien hecho, muy adornado y cuyo único objetivo (como su autor expresó el día de la presentación) es entretener. Y lo logra.

Gilberto García Jr, de Venezuela, nos presenta El último ser humano, relato de ciencia ficción que nos cuenta cómo una sociedad de autómatas, posterior al fin de la humanidad, se esfuerza por entender e imitar al hombre. Cuando descubren a un espécimen preservado interactúan con él para darse una idea, no sin un poco de amargura, de por qué fue que esta especie se condujo a sí misma a su extinción. Se tarda un poco en llegar al final, pero plantea cuestiones harto interesantes y de manera intrigante.

Luego viene El emperador, el poeta y el mago, de Gustavo Ramírez. Bellísimo relato que incorpora los elementos de Xanadu (el palacio de Kublai Khan), el poema de Coleridge que lo menciona y un texto de Borges que relaciona a ambos con el presente cuento, todo esto inmerso en una historia muy íntima narrada a través de dos personajes y un experimento científico para grabar los sueños (reminiscente de Until the end of the world, de Wim Wenders, Alemania-Francia-Australia, 1991). Eso sí, me parece que al final le falta un poco de fuerza, y siento que le faltó una mención al Xanadu de Citizen Kane (Orson Welles, Estados Unidos, 1941).

El séptimo relato es La balada de los últimos héroes, a cargo de Imanol Cinta. En éste, un juglar aprende la verdad amarga tras los legendarios hechos sobre los cuales canta. Al conocer sobre la terrible maldición que pesa sobre un héroe auténtico, él mismo queda condenado a cargar con la verdad sin poderla divulgar. Me gustó mucho la forma en que Imanol nos muestra el lado humano que casi nunca podemos ver en las mitologías.

Toca turno a Karime Cardona, con Korothma, relato de influencias lovecraftianas que narra la búsqueda de una mujer, primero por encontrar a su padre desaparecido, luego por descubrir qué le arrebató la cordura al mismo tiempo que debe evitar que su propia sanidad mental la abandone en medio de una conspiración y una competencia milenarias. Me gustó bastante, aunque siento que el último capítulo está de más.

Katherine Galo contribuyó al volúmen con En el pub de Zarzaduendes. Debo confesar que, al escucharla hablar sobre su relato de duendes traviesos y magos trabajadores en la presentación del libro, me esperaba algo más bien malón. En general me fastidia que cuando la gente escucha "fantasía" de inmediato piensa en dragones, magos, espadas y cosas por el estilo, siendo que la Fantasía es un género amplísimo. Me dio gusto encontrarme con un cuento muy disfrutable y bien escrito, según yo con influencias de Harry Potter. Mi única duda es por qué un mago tiene que recurrir (constantemente) al uso de una escopeta.

El cuento que sigue, Redes, de Víctor Solorio, es a mi parecer el mejor de todo el libro. En un marco de Ciencia Ficción dura, con conceptos maravillosos y complejos pero muy bien explicados y nada confusos, presenciamos las historias de tres personajes que se interrelacionan de manera más bien casual. El cuarto segmento nos recuerda de una manera hermosa que todo está en la perspectiva con que veamos las cosas. Fue todo un deleite leer este conmovedor y descarnado relato.

Para cerrar la antología tenemos Ángel de agua, de Ximena Rodríguez. No me gustó nada, así que mejor no diré nada al respecto.

Ahora sólo queda esperar que este concurso siga llevándose a cabo año con año y que mejore cada vez más hasta volverse un certamen importante para la literatura de género. Y, en el plano personal, que yo pueda seguir teniendo éxitos en mi carrera como escritor, claro está, con el apoyo de todos aquellos que me han acompañado hasta ahora y los que se unan en el camino.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por esta publicación, hermano! Y amén por tu último párrafo, ojalá y así sea ;)

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  2. ¡¿Harry Potter?! ¡¿ese pañuelo desecable?!
    ¡Alguien va a morir hoy!
    No, no es cierto.
    Como decía yo también en la presnetación que es parte de algo más grande. Acá se vislumbro, pero no hay mucha "magia" en el asunto. Por eso los magos usan armas, nada de varitas ni que naranjas.
    Gracias por la reseña, diferí en algunos, concuerdo en otros.
    Estaremos en contacto, entonces.
    Saludos

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