martes, 18 de enero de 2011

Splice

(Vincenzo Natali, Canada, 2009)

Hace varios meses vi el trailer de esta película. La premisa sonaba interesante, una pareja de científicos realizan empalmes genéticos para crear nuevos seres vivos y deciden ingertar genes humanos en un experimento a escondidas. La criatura resultante se desarrolla rápidamente y se convierte en una amenaza. Se me antojaba mucho verla.

Tras una larga espera (gracias a nuestros queridos amigos en las eficientes distribuidoras), por fin se estrenó en nuestro país la cinta. La neuropandilla se organizó para ir el mero día del estreno, dando fe a su fanatismo por cualquier cosa que incluya el nombre de Guillermo del Toro (en este caso como productor ejecutivo). A diferencia del resto de mis neuroamigos, a mí no me gustó nada.

Reconozco que cuenta con buenas actuaciones y las bases científicas resultan creíbles. Dren, la niña-monstruo, está muy bien hecha (gracias a Greg Nicotero). Los detalles de la producción y la dirección de arte están muy bien logrados, por ejemplo el laboratorio y el departamento geek de los científicos no carecen de detalles sabrosos. Pero la historia...


Desde el principio, la pareja de científicos rockstar, que son populares, saben vestir bien y carecen de dificultades para relacionarse con otras personas me resulta difícil de creer. Su búsqueda científica me parecce más obsesiva que apasionada. Hay un montón de situaciones en la historia que por puro sentido común podría hacerle ver a cualquiera que debían ponerle un alto al experimento y la mera curiosidad científica y las ganas de saber hasta dónde llegarán las cosas no alcanzan a justificar sus acciones.

El personaje de Adrien Brody, Clive, me resulta completamente pusilánime. Su defecto de personalidad me parece más bien una ausencia de personalidad. No me parece congruente la postura de ninguno de los tres personajes, Clive, Elsa (Sarah Polley) e incluso Dren (Delphine Chanéac). El hecho de que la monstruita aprenda a escribir con una gramática impecable rebasa los límites de lo creíble. La secuencia en que Ginger y Fred, los experimentos previos de la pareja, se atacan mutuamente frente a un auditorio repleto quedaría mucho mejor en una comedia de serie B. Estos y otros detallitos fueron sacándome poco a poco de la película, alienándome e impidiendo que disfrutara de la historia.

En lo personal, no me gustó que la curiosidad científica diera paso al involucramiento emocional. Opino que gente como Clive y Elsa no deben tener hijos, nunca. Y por más que lo intentara, jamá podría ver como humana a semejnate criatura, ¿ustedes sí?


Ya para el final el guión abandona el aspecto psicológico-emocional de los personajes y da paso a una serie de secuencias malísimas de acción, en eso sí estuvimos todos de acuerdo.

En resumen, si bien no es una mala película y tiene varias cosas loables, tampoco la considero una buena película. Digan lo que digan.

1 comentario:

  1. Espero que estés consciente de que Memo todo ve, todo lo oye, todo lo sabe...
    Insisto en que me pareció buena (no puede ser buenísima por el final tan pinche) y se le agradece el alejamiento del cliché del científico inadaptado.
    No creo que la cosa sea ver a Dren como humana e insisto: no tienes ♥, jaja.

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