Co-escrita por Bill Willingham junto con Matthew Sturges, conocido suyo de un taller literario, el nuevo título se dedicó a narrar las aventuras de Jack. Sí, el mismo de las habichuelas mágicas, el asesino de gigantes, quien por un tiempo fue Jack Frost y también fue Jack O'Lantern. Personaje detestable, se cree el más poderoso y atractivo de todas las Fábulas, considera que sólo le falta ser el más rico y se dedica una y otra vez a acumular grandes cantidades monetarias con el menor esfuerzo posible.
Volúmen 1: The (nearly) great escape.
En el primer volúmen es capturado por la gente de The Golden Boughs, un supuesto lugar de retiro que es más bien una prisión para Fábulas en la cual poco a poco los van borrando de la memoria de los mundies. Dado que el personaje titular es tan desagradable, me fue difícil tragar este comic, sobretodo porque se separa mucho del tono y temática abordados en Fables. Mi error fue buscar más de lo mismo. Este título cuenta con un humor muy peculiar y la idea es precisamente que Jack sea detestable. Uno se divierte con sus desventuras y sus delirios de grandeza. Jack demuestra cierta conciencia metatextual de su condición de personaje ficticio, lo cual será explicado más adelante en la serie. Se presenta a nuevos personajes, quienes tendrán una gran relevancia en el Great Fables crossover, volúmen 13 de la serie regular de Fables.
Volúmen 2: Jack of hearts
En un nuevo intento de volverse millonario sin esfuerzo, siguiendo sus tendencias de social climber (no por nada se volvió famoso escalando una planta gigante), Jack se casa con la atractiva heredera de un importante casino... Mas los contínuos esfuerzos de las hermanas Page, guardianas de Golden Boughs, aunados a un giro inesperado en su suerte, le impiden conservar su fortuna.
Volúmen 3: The bad prince
Este tomo se publicó simultáneamente al volúmen 10 de Fables, The good prince. La historia no tiene casi relación alguna, simplemente es una manera de burlarse de lo que las otras Fábulas están haciendo. También con esta entrega comienza el grandioso Brian Bolland a ilustrar las portadas del título, dándole su propia voz y estilo.
Volúmen 4: Americana
Por fin se revela qué diablos cargaba Jack en su portafolios, al cual nunca dejaba solo ni por un minuto. Todo era parte de un plan (otro más) para volverse inconmensurablemente rico, que involucra una expedición hacia Americana, la tierra natal de las Fábulas americanas.
Volúmen 5: Turning pages
Empieza con un western, con una aparición especial de Bigby Wolf, en el cual se nos muestra que Jack es un verdadero y completo bastardo. La segunda mitad del tomo concierne a las hermanas Page, amplía la información concerniente a los Literals y sienta las bases, de una manera muy metaficticia, para los eventos venideros.
Volúmen 6: The big book of war
Con sus acostumbrados delirios de grandeza, Jack regresa a Golden Boughs para dirigir a las Fábulas presas en una guerra contra Bookburner, otro Literal con no muy buenas intenciones para con la gente de fantasía. Además, se revela el origen genealógico de Jack, lo cual explica su habilidad para dirigirse a los lectores. Al final del tomo, la amenaza de los Literales es tan grande que no queda más que contactar a la gente de Fabletown, desencadenando el mencionado Great Fables crossover.
Volúmen 7: The new adventures of Jack and Jack
Una vez concluido el crossover, el título toma una nueva dirección. Un nuevo Jack Frost recorre las tierras natales de las Fábulas en busca de aventuras para hacerse de un nombre como héroe, mientras Jack empieza a sufrir transformaciones inquietantes.
Y hasta aquí vamos. Al menos hasta dentro de semana y media, que se publica el volúmen 8, The fulminate blade.
Para terminar con este post, también quisiera reseñar brevemente la otra miniserie que surgió de Fables, Cinderella: From Fabletown with love.
Escrita por Chris Roberrson, otro amigo del taller literario de Willingham, e ilustrado por el talentoso Shawn McManus. Cinderella, principal -y altamente letal- espía al servicio de Fabletown, toma una misión derivada de las consecuencias de la guerra. Con ayuda del gato con botas (quien prefiere lo llamen Marqués de Carabas), Jenny Wren (un ave incansable) y Dickory (ratón con poderes sobre el tiempo), Cindy debe desentrañar una red de tráfico de objetos mágicos, descubriendo que el intercambio va en ambas direcciones, facilitando el surgimiento de un gobierno totalitario y militarizado en las tierras natales bajo el mando del personaje menos esperado.
Como toda historia de espionaje, no podía faltar el romance, en este caso encarnado en la persona de Aladdin. Aunque, hago constar, me pareció un punto en contra la ausencia de escenas eróticas, aunque fueran softcore. Digo, son características de los espías. Y no pido nada explícito, pero que no me lo dejen meramente insinuado...
Esperemos que en la secuela, Fables are forever, se rectifique esta falta.
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