(Source Code, Duncan Jones, Estados Unidos, 2011)
Para variar, el título en español está del nabo. Pero no se desanimen por eso, ya que se trata de una excelente película de ciencia ficción inteligente y crítica.
Como podemos ver en el trailer, un hombre "despierta" en un tren pero no recuerda cómo llegó ahí. La joven en el asiento de enfrente parece estar hablándole pero él no la ha visto nunca antes; ella está convencida de conocerlo y lo llama por otro nombre. Cuando va al baño, ve a otro hombre en donde debería estar su reflejo. Todo esto se ve interrumpido cuando el tren explota. Es así como nos enteramos que el capitán Colter Stevens forma parte de un proyecto científico del ejército a través del cual puede "revivir" los últimos ocho minutos de vida de un hombre que falleció en el ataque al tren. Su objetivo es descubrir al terrorista para evitar un segundo ataque.
El programa que le da su título (el original, desde luego) a la cinta le permite a Stevens visitar realidades alternas, en las cuales puede interactuar de diferentes maneras con el resto de la gente. Pero el ataque ya ocurrió en nuestra realidad, así que su enamoramiento hacia su acompañante (o más bien la acompañante del occiso) tiene tintes de fatalidad. Y su intención de salvarla es fútil.
Este es el segundo trabajo de Jones -quien, por cierto, es el hijo de David Bowie- y en él, al igual que en su opera prima Moon (Reino Unido, 2009), se pueden ver sus inquietudes: una corporación (empresa privada o ejército) que miente, manipula y abusa de su personal, un protagonista cuya identidad e individualidad se ve cuestionada, un mundo en que la tecnología nos hace esclavos en lugar de amos. Aunque en esta ocasión él no escribió el guión, sino que éste es de la autoría de Ben Ripley (y qué buen trabajo hizo).
Jake Gyllenhaal le da presencia en pantalla a cualquier personaje, ya sea un adolescente sociópata (Donnie Darko, Richard Kelly, Estados Unidos, 2001) o un vaquero gay (Brokeback Mountain, Ang Lee, Estados Unidos, 2005). Y su química con Michelle Monaghan ayuda mucho a que la relación amorosa sea creíble. Por otra parte, también tenemos a Vera Farmiga, quien se ve guapísima como una mujer militar. Y estos mismos actores dan a sus personajes un profundo sentido de humanidad, lo cual es fundamental para que la historia funcione.
Hay algunas cositas que no me encantaron, hubiera preferido un final menos edulcorado (spoiler en blanco, resáltenlo sólo si ya vieron el final o si no les importa que se los arruine: hubiera preferido que Colter y Christina se hubieran quedado "congelados" en el beso para siempre, haciendo de él un beso tetradimensional -de esos que duran para siempre). Pero en su conjunto, es una excelente película. Tal vez de las mejores del año. Ya el tiempo lo dirá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario