lunes, 5 de septiembre de 2011

Green Lantern

(Martin Campbell, Estados Unidos, 2011)

DC Comics nomás no logra crear franquicias cinematográficas exitosas, con la excepción de Batman (y eso que llegó a tener tropiezos bastante graves, pero ahora está en manos competentes). Con Superman empezaron bien, pero después la regaron. Ahora, viendo que Marvel ha iniciado una época de oro para las películas de superhéroes, quieren subirse al tren y copiar el éxito de sus eternos rivales. Para este fin eligieron a Green Lantern, quien desde hace varios años (como podrán saber los lectores habituales de este blog) se ha vuelto personaje central del Universo DC. Lamentablemente, no cayeron en cuenta de que esa popularidad se limita al público cautivo del subgénero superheróico, y los elementos que le han dado notoriedad no trascienden las barreras del mismo.


La película es más bien aburrida. Centra la narrativa en el origen del héroe y en su forzada transformación de arrogante e irresponsable a héroe ejemplar. Todo ocurre de manera en demasía apresurada, se siente que la acción en el guión está comprimida. Siento que no logran capturar la esencia del personaje, lo que le sucede en el filme podría pasarle a cualquier héroe, todo es demasiado general; podríamos cambiar el disfraz, los nombres y las marcas registradas y el resultado sería el mismo. Otra cosa que me desagradó: el disfraz. Parece body paint, sobretodo el ridículo antifaz (aunque sí enfatizan lo absurdo de que un pequeño trozo de tela -o pintura- evite que la gente lo reconozca). Siento que quisieron copiar la "fórmula" de Iron Man (Jon Favreau, Estados Unidos, 2008) de presentar a un protagonista desmadroso y carismático en una cinta que usa por partes iguales acción y comedia, pero no les salió.


Respecto a los villanos, Parallax es una entidad demasiado importante en los comics pero por lo mismo demasiado complejo como para explicarlo en la película, no obstante lo metieron con calzador creando una amenaza en teoría demasiado grande que sin embargo se soluciona muy fácilmente. Y su versión fílmica se parece demasiado al Galactus de Fantastic Four: Rise of the Silver Surfer (Tim Story, Estados Unidos, 2007). También está Hector Hammod, con una actuación competente de Peter Sarsgaard y motivaciones bastante bien manejadas, pero desperdician su potencial futuro al sacarlo del mapa desde esta primera película. Y no olvidemos a Sinestro. Aquí no aparece como villano sino en su papel previo como el más grande Green Lantern de todos, lo cual considero un error. Funciona mucho mejor presentarlo como villano y explicar por medio de flashbacks que era bueno y se volvió un renegado, y no lo digo sólo porque así pasó en los comics, sino porque para efectos de ritmo y dramatismo tiene más sentido.


Entre las cosas rescatables, la relación con Carol Ferris tiene suficiente complejidad y evita reducirse al cliché (y Blake Lively se ve muy núbil). Me gustaron los Guardianes del Universo, con esas cabezas transparentosas. Y creo que es todo. Oa me pareció sobreproducido y rudimentario a la vez. Hay un exceso de cameos de miembros de las GL Corps, no todos tan relevantes, simplemente trataron de meter demasiado en una sola cinta. En resumen, espero que algún día un remake le haga justicia al personaje.

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