(Tais-toi!, Francis Veber, Francia, 2003)
Desde hace mucho tenía ganas de ver esta película, recomendada por Ana Paula. La premisa es sencilla: Quentin (Gérard Depardieu) es un tonto de fuerza descomunal que no tiene amigos y no conoce otra forma de vida que el crimen, pasando más tiempo dentro que fuera de la cárcel. El problema es que es tan irritantemente amigable que ningún otro preso lo soporta. Entra entonces en escena Ruby (Jean Reno), un matón endurecido que traicionó a su jefe mafioso pero se niega a delatarlo y no dice palabra alguna a nadie. El personal de la prisión decide ponerlos en la misma celda, para ver si el "carisma" de Quentin logra quebrar la intransigencia del otro, pero lo único que logran es que el primero vea en su silencioso compañero al único amigo que no pierde los estribos a su lado.
Para tratar de salvar a su nueva amistad, Quentin organiza una fuga del psiquiátrico al cual fueron transferidos e insiste en seguir a Ruby a todas partes, a pesar del rechazo que le demuestra. Con momentos bastante graciosos y muy buenas actuaciones por parte de dos veteranos del cine francés, el filme cumple con el cometido de entretener de manera ligera e incluso conmovedora. Recomendable para pasar un momento grato y reír bastante, pero hasta ahí. Ah, y sale una núbil bastante núbil.
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