sábado, 20 de agosto de 2011

La cuerda floja

(Nuria Ibañez, México, 2009)

A muchos les parece romántica la idea de vivir en un circo, no por nada Fellini dedicó gran parte de su vida a tratar de reflejar la magia del mismo a través de su cine. Este documental nos muestra de manera muy cotidiana las realidades de esta profesión en un pequeño circo de Texcoco, reflejando las dificultades a que tienen que enfrentarse quienes han decidido vivir de esta manera.


Utilizando una cámara que es más bien testigo de los acontecimientos sin interactuar con las personas retratadas, da la impresión de una visión mucho más auténtica y objetiva de las cosas. Es así que vemos el día a día de los integrantes del Circo Aztlán, desde que preparan el desayuno, cuidan a los animales y preparan sus números hasta las discusiones domésticas que llegan a darse entre ellos. Vemos como, contrario a las fantasías escapistas de mucha gente que lleva vidas convencionales, un cirquero puede llegar a cansarse de la farándula y puede desear un trabajo más mundano. También queda evidenciada la angustia de no juntar público suficiente para dar una función y la subsecuente necesidad de cancelarla. Pero más que nada, la cinta está permeada de la pasión de Marcelo, padre de familia, clown y director del circo, que es el alma de este circo.

Admito no sin cierta vergüenza que, debido al extremo cansancio al que me he visto sujeto últimamente, me quedé dormido durante lo que me pareció un tramo bastante largo e importante del filme. Es por este motivo que, a manera de compensación, les comparto la reseña que hizo Ana Paula sobre el mismo. Que lo disfruten.

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