El pasado viernes 28 se llevó a cabo el primer Noctambulante del año. Para quienes no estén familiarizados con el proyecto, les cuento: una vez al mes, generalmente el último viernes del mes (aunque a veces varía), los incansables amigos del colectivo Pánico de Masas organizan un maratón nocturno de películas. Estos eventos se realizan en distintas sedes por toda la ciudad, de ahí la parte "ambulante" del nombre. Cientos de personas estropeadas se reunen, provistos de sleepings, cobijas, pijamas y uno que otro colchón inflable, con el fin de pasar una divertida velada viendo películas (aunque muchos no aguantan y es normal empezar a escuchar ronquidos desde la 1 a.m.).
Dado el horario en que transcurren las proyecciones, es lógico que la programación tienda al lado del cine de horror y sus derivados. Además, esos géneros jalan más gente y lo que se busca en parte es que vayan muchas personas. Con esto en mente, Noctambulante inauguró el 2011 con una selección de películas gore de todos los tiempos. En total pasaron dieciséis películas en tres distintas áreas de proyección, uno podía organizar su itinerario e ir vagando de un área a otra, o bien instalarse cómodamente en una sola desde el principio (como hice yo).
En los poco más de dos años que tiene el proyecto, puedo decir con orgullo que he asistido a casi todos los maratones. He conocido distintos puntos de la ciudad y he podido ver muchas películas, algunas de ellas difíciles de conseguir o que tristemente nunca tendrán un estreno comercial en nuestro país. Pero no todo es bueno y maravilloso. Lo malo de ir a todos los maratones es que luego las películas se repiten. De las dieciséis películas programadas sólo no había visto cinco. Para acabarla de amolar, esas cinco estaban todas en horarios que se empalmaban, por lo que tuve que escoger sólo un par de ellas y volver a ver (una vez más) otras de las cintas programadas.
Pero entremos en materia. El área 2 dio inicio a las 20:30 con un performance de gusto cuestionable (aunque bastante bien realizado), que después dio paso a la proyección de Audition (Takashi Miike, Japón, 1999). Esta cinta es una mezcla curiosa de "cine de arte" con el género del horror, con resultados bastante buenos. Trata sobre un viudo que decide volver a casarse, pero no sabe cómo encontrar a una mujer adecuada para él. Un amigo suyo, director de cine, sugiere hacer una audición para una película inventada con el fin de entrevistar a varias candidatas con el perfil buscado. Dicho y hecho, Aoyama encuentra a la que parece ser su mujer ideal, Asami. Pero, claro está, las cosas no son lo que parecen.
Secuencias perturbadoras, alucinaciones oníricas y tortura llevada al extremo aderezan esta historia de venganza y rencor mal encauzados. Muy recomendable, lo que más disfruté fueron las expresiones del público que la veía por primera vez y no podía creer lo que estaba pasando en la pantalla. Más de uno emuló el sonido de una llanta al desinflarse, con el típico "¡tsssssss!" Eso sí, evítenla si son de estómago delicado o no les gustan las cosas extremadamente gráficas.
La segunda función fue Doghouse (Jake West, Reino Unido, 2009), la cual no había visto con anterioridad. La premisa inicial es sobre un grupo de amigos, todos varones, que deciden pasar un fin de semana entre puro macho para apoyar a uno de ellos, que se está divorciando y solía ser un ejemplo de hombría definitiva pero ahora está derrotado. Deciden ir a un pueblito llamado Moodley, donde se rumora que hay cuatro mujeres por cada hombre. Lo malo es que al llegar descubren que un virus convirtió a todas las féminas en zombis misántropas y deben luchar por sus vidas.
Dado que son tantos personajes y es difícil caracterizar profundamente a cada uno, parece que el guionista optó por recurrir a estereotipos arquetípicos: además del macho "castrado" recién divorciado tenemos al patán, al mandilón, al geek, al gay, al mandilón y sí, incluso tenemos al negro. Empieza flojona y en principio me recordó a las pésimas Lesbian vampire killers (Phil Claydon, Reino Unido, 2009) y Dead Snow (Tommy Wirkola, Noruega, 2009) por los temas de pueblito con mujeres y zombies respectivamente. Los chistes no logran más que risas fáciles y no se siente que los protagonistas corran ningún peligro auténtico. No obstante, la última tercera parte se pone bastante bien. Muchos de los personajes no logran salir con vida de su predicamento, la acción se pone interesante y los chistes son más ingeniosos, así que el final rescata la película y hace que valga la pena.
Después continuamos con Mutants (David Morlet, Francia, 2009), cinta que va en la tradición de 28 Days Later (Danny Boyle, Reino Unido, 2002) de mostrarnos zombis que en realidad no lo son. Aquí una plaga no descrita que se transmite a través de mordida transforma a su víctima en una bestia implacable, superfuerte, veloz y caníbal con un instinto asesino irrefrenable. Cabe mencionar que sus cuerpos se ven alterados, de ahí la mutación referida en el título. Empieza muy bien, directo a la acción y a situaciones difíciles: desconfianza y paranoia. Un ataque cerca del principio reduce la ya de por sí limitada cantidad de personajes a una sobreviviente y un moribundo. De ahí se mete a una exploración de la dinámica entre estos dos personajes, involucrados románticamente, mientras Sonia intenta salvarle la vida a Marco al mismo tiempo que trata de contactar a una base militar cercana, revelando que ella es inmune al virus. El ritmo se vuelve muy pesado, después agregan a un montón de personajes planos que nunca son desarrollados y sólo sirven para meterle un poco de acción a la historia sin aportar gran cosa. Para el final, ya no podía importarme menos quien vivía o quien moría, me había perdido desde mucho antes. Eso sí, los "monstruos" están muy bien caracterizados y tiene un par de secuencias de persecuciones muy bien logradas.
La penúltima función en ésta área fue Re-Animator (Stuart Gordon, Estados Unidos, 1985). Basada en un relato de H. P. Lovecraft, lo actualiza y lo transporta a nuestra época, haciendo de un cuento menor una gran película. West es un científico obsesionado con derrotar a la muerte que llega a la Universidad Miskatonic para continuar con sus experimentos. Ha desarrollado un suero que puede reanimar a los muertos, aunque estos se comportan violenta e incontrolablemente. Sonsacando a su compañero de cuarto, el dúo se mete en una serie de problemas que se van complicando más y más hasta desencadenar un auténtico escenario de holocausto zombi. La película mezcla adecuadamente el horror, el gore y el humor, haciendo gala de todos los recursos del cine de serie B en el que cualquier cosa puede ocurrir.
Por último, para cerrar con broche de oro, vimos Martyrs (Pascal Laugier, Francia, 2008). Por lo general no me gusta el nuevo cine de horror extremo francés (o como sea que le quieran llamar), ya que considero que es una tendencia bastante hueca. Películas como Haute Tension (Alexandre Aja, Francia, 2003) o À l'interieur (Julien Maury y Alexandre Bustillo, Francia, 2007), que por cierto también formaron parte de este maratón, son ejemplos claros de como el gore y la violencia dejan de ser una herramienta para contar una historia y sólo son mostrados por el puro shock value. Martyrs, en cambio, desarrolla un guión sólido y bien justificado, explicando de una manera completamente creíble el cómo y el por qué de lo que ocurre a cuadro. Pero no se queda ahí, además hace una interesante reflexión sobre la violencia y aborda temas de importancia universal, como el temor a la muerte y la incertidumbre del más allá. No les cuento nada de la historia pues es mejor verla sin saber de qué va la cosa. Ampliamente recomendable, pero con la advertencia de que tiene secuencias bastante fuertes y no para todos los gustos.
Y eso fue todo lo que vi. Me quedé con las ganas de ver I spit on your grave (Meir Zarchi, Canadá, 1978) y The loved ones (Sean Byrne, Australia, 2009). Como mención especial, también recomiendo una película que se proyectó en el área 1, Black Sheep (Jonathan King, Nueva Zelandia, 2007): comedia con borregos zombis. ¿Hace falta decir más?
Ahora sólo nos queda esperar un mes para el siguiente Noctambulante. Ya están la fecha (4 de marzo) y el lugar (Frontón Popocatepetl), falta que anuncien la programación.
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