miércoles, 6 de julio de 2011

La noche del demonio

(James Wan, Estados Unidos-Canadá, 2010)

De los productores de Actividad paranormal (Oren Peli, Estados Unidos, 2007) y el director de Saw (Australia-Estados Unidos, 2004), nos llega esta película que se cuelga de la fama de dichos proyectos para atraer a espectadores incautos. De la primera, toma el elemento de cimentar una historia de horror sobrenatural en un entorno mundano y cotidiano. Ignoro si copió algo de la segunda pues no he visto ninguna de las películas de esa serie. Pero no termina ahí.

¿Es la Dama de Negro? No, sólo el fantasma de una viejecita.

Robando -digo, tomando prestados- elementos de aquí y de allá, esta película es un pastiche que no termina de cuajar bien. Con un parecido que me cuesta trabajo creer coincidente con La habitación del niño (Álex de la Iglesia, España, 2006), utiliza el recurso del radio monitor para bebés de manera un tanto incompetente e inverosímil.

No, no es la cinta de Álex de la Iglesia.

La idea central de que el niño está "perdido" en una realidad en la que seres malintencionados pueden hacerle daño o atravesar a nuestro lado de la existencia -y que uno de sus padres debe ir a buscarlo- me recuerda demasiado a Poltergeist (Tobe Hooper, Estados Unidos, 1982). Y hasta salen unos imitadores de los Cazafantasmas (Ghostbusters, Ivan Reitman, Estados Unidos, 1984).

Who you gonna call? Well, not them, that's for sure.

Con elementos de fuentes tan diversas, una fotografía demasiado pulida y un guión no tan bien trabajado, la película abunda en situaciones implausibles o que de plano no vienen al caso. Con el afán de dar un giro que tome desprevenido al público, cambia por completo el tono de la historia y se descarrila. Se le olvida el gran acierto de Actividad paranormal, que lo que no vemos es lo que más miedo nos da, y se va por mostrar explícitamente a los demonios y fantasmas que acechan.

¡Mira, mira, Darth Maul! Ah, no, es un "demonio."

No niego que tiene buenos momentos y que lo hace brincar a uno, también logra construir buena tensión pero de manera bastante dispareja. Y en ocasiones cae en situaciones de humor involuntario. Será que iba esperando algo distinto, pero no me gustó nadita. Me pareció ridícula y derivativa. Y, como su título, de manera lenta e insidiosa me aburrió hasta generarme descontento con el final.

¡Vaya! Por fin la adaptación a cine de Sandman. ¿Qué? ¿Insidious? ¿En serio?

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