domingo, 31 de julio de 2011

Ay, dolor, ya me traes de encargo


Para el maratón casero de películas de este mes que termina, decidimos hacer una selección de historias de amor y dolor para llorar a moco tendido toda la noche. Revivimos malos momentos, exorcisamos demonios personales y, aunque suene a masoquismo, en verdad pasamos de un buen rato.


La noche arrancó con Annie Hall (Woody Allen, Estados Unidos, 1977), conocida en nuestro país bajo el improbable título de Dos extraños amantes. Esta obra maestra retrata con gran honestidad las dificultades de una relación amorosa, desde el momento en que dos personas se conocen, pasando por todos los momentos buenos y malos, hasta llegar al inevitable final. Como atractivo adicional, el personaje principal es un cinéfilo neurótico con quien algunas personas (no me imagino quién) se pueden identificar.


Continuamos con Tiempo de volver (Garden State, Zach Braff, Estados Unidos, 2004). Esta es una película que se aproxima más bien a la comedia romántica y tiene un final feliz, pero es dolorosa para mí por motivos personales. Viéndola nuevamente le encontré sus detallitos negativos, pero dentro de todo sigo considerándola una buena película. Aunque debo admitir que pudo más que yo y me dejó en un estado un tanto deplorable. Un joven regresa a su ciudad natal para el funeral de su madre, se reencuentra con viejas amistades, confronta a su distante padre e incluso encuentra el amor. Suena simple, pero lo bonito está en los detalles.


Posteriormente siguió ¿Quién le teme a Virginia Woolfe? (Who's afraid of Virginia Woolfe?, Mike Nichols, Estados Unidos, 1966), basada en la obra teatral del mismo nombre. La adaptación no es tan buena, pues se nota que viene de teatro por la falta de movimiento de sus personajes y la reducida cantidad de locaciones. No obstante, la historia es brutalmente buena: una pareja con varios años de matrimonio reciben en su casa a otra pareja más joven tras una fiesta. En medio del jolgorio y la convivencia amigable, el barniz de la cortesía se empieza a descarapelar para dejar expuestas las fallas de los involucrados. Matrimonios por conveniencia, parejas que se dedican a hacerse la vida miserable el uno al otro, errores del pasado que atormentan a quienes los cometieron, sueños frustrados y un rencor que perdura a través de los años nos muestran la dolorosa decadencia de los matrimonios. Honesta y atroz, como debe ser una obra de arte.


Después fue el turno de Lágrimas del Tigre Negro (Fa Thalai Chon, Wisit Sasanatieng, Tailandia, 2000), aportación de nuestros nuevos asistentes Azul y Bastardo. Curioso western que oscila entre el melodrama al estilo de los hermanos Almada y la acción violenta del cine de Tarantino, nos cuenta la historia de un amor prohibido entre una joven de la alta sociedad y un forajido. Los principales puntos fuertes del filme son su uso estilizado de los colores sobresaturados y la violencia muy bien coreografiada. Pero las actuaciones acartonadas y el ritmo un tanto pesado me resultaron poco gratas. Eso sí, tiene un par de momentos excelentes y el final escapa por completo de lo convencional, muy satisfactorio.


Como el sol ya estaba por salir, decidimos ver un cortometraje. Como no encontramos I'm Here (Spike Jonze, Estados Unidos, 2010) escogimos uno que no viene al caso con la temática del maratón: The Amazing Screw-on Head (Chris Prynoski, Estados Unidos, 2006). Basado en un comic de Mike Mignola -creador de Hellboy,- este corto animado fue realizado como un piloto para una posible serie televisiva. Mucho humor negro, narra las aventuras de un defensor de los Estados Unidos que enfrenta a zombies, vampiros, hombres lobo y otras abominaciones, auxiliado por un perro disecado, su fiel sirviente (bueno, el más reciente, pues siempre mueren) y una serie de cuerpos intercambiables a los cuales se ajusta su cabeza.


Ahí terminó el maratón oficialmente, sin embargo yo lo continué en casa viendo This Movie Is Broken (Bruce McDonald, Canadá, 2010). Cuando estuvo en la Cineteca no pude verla y se me antojaba bastante. Participa en ella el grupo Broken Social Scene pues la trama gira en torno a un concierto que dan en Toronto. Un chico tiene un crush por una chica desde hace quince años y por fin se acostó con ella. Lo malo es que en dos días parte con rumbo a París para estudiar una maestría o algo así. A continuación el spolier en letras blancas, resalten el texto si quieren leerlo: para quedar bien con ella, consigue pases para el backstage del concierto, durante el cual discuten y se separan. El chico sufre por haber perdido a la chica. Ingiere grandes cantidades de bebidas alcohólicas. Regresa a su casa acompañado por su mejor amigo, todavía sufriendo por haber perdido a la chica. Pero a la mera hora, su amigo lo besa y ya no le importa haberla perdido. Luego la chica llega a su casa, no le incomoda ver que los chicos fornicaron gustosos y se besa con el chico, el cual consideradamente grabó la parte del concierto de la cual ella se perdió. ¿Cómo? Por eso desconfío de la mayoría de los cineastas canadienses, si no es Cronenberg lo más seguro es que apeste. Pero las partes del concierto están chidas.


Y para no quedarme con las ganas, busqué en internet el corto de Spike Jonze. No me encantó la historia, aunque la melancolía que evoca y los vestuarios de los personajes están de lujo. En lugar de reseñarlo, compartiré con ustedes la liga. Véanlo y fórmense su propia opinión.

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