lunes, 28 de noviembre de 2011

Detrás de las paredes

(Jim Sheridan, Estados Unidos, 2011)

Tomada de pelo que, contada en orden cronológico, pierde todo el chiste. Para demostrarlo, ahí les va el spoiler (léanlo bajo su propio riesgo): un asesino de poca monta es contratado para matar a la ex esposa de un tipo adinerado, por equivocación entra en la casa de los vecinos y mata a la mujer incorrecta. El marido de la occisa llega tarde para salvarla, recibe un golpe en la cabeza y queda confundido. El malhechor huye y el viudo es culpado por las muertes de su esposa e hija. Para sobreponerse, crea una personalidad alterna y sale del manicomio para regresar a la casa en ruinas de su pasado, pero él la ve entera y resplandeciente. Los hechos se le van revelando hasta que duda de su cordura. El asesino y aquel que lo contrató vuelven para completar su trabajo, matando a la vecina y culpando nuevamente al desafortunado protagonista -quien ahora tiene fama de loco-. Lo que parece ser el espíritu de la difunta interviene para salvar el día. En resumidas cuentas, vueltas de tuerca forzadas, explicaciones excesivas e indesición por el género: nunca supe si en realidad había presencias sobrenaturales o si sólo se trataba de alucinaciones. Tache.

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