martes, 29 de noviembre de 2011

Actividad paranormal 3


(Henry Joost & Ariel Schulman, Estados Unidos, 2011)

La primera (Oren Peli, Estados Unidos, 2007) me pareció bastante buena. Tiene el acierto de saber que da más miedo aquello que no podemos ver y logra hacer de una residencia suburbana común y corriente un lugar terrorífico. La segunda (Tod Williams, Estados Unidos, 2010) todavía está bien. El aumento en presupuesto solamente lleva a los realizadores a meter más personajes y más cámaras, pero conserva la sutileza de su predecesora. Explica un poco las cosas, pero mantiene el misterio. Hasta hubo una secuela japonesa no oficial, pero esa no la quise ver. Ahora, en la tercera entrega, ya desgastaron la fórmula. Muestran demasiado, abusan del diseño de audio estridente, no manejan bien el ritmo y explican más de lo prudente -cayendo en errores lógicos al tratar de justificar las cosas-. ¿Cultos satánicos que conservan evidencia de sus rituales en video para que, décadas después, un demonio la desaparezca? Por favor.

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